sábado, 26 de septiembre de 2009

Origen del Lenguaje





Con el origen del lenguaje ocurre lo mismo que con el de los genes Hox, se trata de un acontecimiento único ocurrido una sola vez en la historia de este mundo y sin evidencias de que se haya producido por evolución como se creía hasta ahora.

El debate en torno a este tema oscilaba hasta el presente entre dos posturas principales. De una parte, las ideas de la escuela psicológica conductista, representadas por Burrhus Skinner, que aceptaban la evolución y transformación lenta de los gruñidos en palabras, y por la otra las hipótesis del lingüista norteamericano, Avram Noam Chomsky. Éste afirmaba que los seres humanos nacemos ya con un dispositivo cerebral innato y especializado que nos permite aprender el idioma materno en la más tierna infancia casi de forma automática con sólo oír frases sueltas en el seno familiar. Por su parte, Skinner, rechazaba tales creencias señalando que las personas al nacer poseen un cerebro que es como una tabula rasa y que poco a poco se va desarrollando mediante la imitación, los hábitos y el aprendizaje.

El darwinismo ha venido siendo el aliado natural de las ideas de Skinner, mientras que ha rechazado enérgicamente la hipótesis chomskyana por no someterse al gradualismo. Sin embargo, la genética y la neurología modernas le han dado la razón a este último. Según Chomsky, no es posible explicar el origen del lenguaje como la evolución gradual desde una jerga de gruñidos, gestos y gritos dados por los monos hasta las primeras palabras humanas sino que, por el contrario, el hombre debió hablar bien desde el principio. La distancia que hay entre un gruñido de primate y el órgano del lenguaje innato del hombre, es un abismo profundo e insalvable para la evolución. Se trata de un órgano complejo hecho de redes nerviosas, con una estructura especial, que ya existe en el recién nacido y que es perfectamente diseñado por los genes durante el desarrollo del cerebro.

La hipótesis de Chomsky acerca de que todos los lenguajes humanos, a pesar de su extraordinaria variedad, están ya predeterminados por una gramática universal que comparten todo los hombres, acaba de ser confirmada mediante pruebas neurológicas. La doctora María Cristina Musso y su equipo de colaboradores de la Universidad de Hamburgo han identificado por primera vez la región del cerebro humano, localizada en el área de Broca, donde reside la gramática común que subyace a todos los lenguajes humanos. (Nature Neurosciencie, 23.06.2003)

“¿Qué tiene que ver que el Australopithecus pueda aprender unos cuantos gruñidos con la posterior evolución de los genes que saben hacer una arquitectura neuronal innata del lenguaje? Los Homo sapiens llevamos miles de años enseñando a nuestros hijos a atarse los cordones de los zapatos, y no por ello hemos conseguido que el cerebro humano desarrolle un órgano innato que aprenda a atarse los cordones sin casi ningún esfuerzo por parte del niño.” (Sampedro, Deconstruyendo a Darwin, 2002) La selección natural de Darwin es incapaz de explicar el origen de la facultad para hablar que tiene el hombre. El lenguaje no es algo que se pueda conectar al cerebro de un mono y obligarle a hablar de inmediato, sino que se apoya firmemente, desde su origen, en el córtex cerebral, o sea, en algo tan complejo como el mapa de los estados de conciencia del ser humano. Por tanto, las numerosas diferencias que existen entre el cerebro humano y el de los primates no pueden ser el producto de un salto evolutivo al azar.

Desde la fe, los creyentes aceptamos que en la Creación Dios dotó al ser humano con la facultad de hablar. Haciendo analogía con los versículos de Juan, podemos decir que: “en el principio era el Verbo, [...] y el Verbo era Dios”. El Verbo era Jesús quien, junto al Padre, fueron el origen de las palabras y del ser que se comunica mediante ellas.

http://www.creacionismo.net

jueves, 17 de septiembre de 2009

OPINIÓN DE RECONOCIDO PSIQUIATRA, Medios de información exacerban conductas del pueblo venezolano




En su intervención, Rivero destacó que en los últimos años los especialistas en el área de la salud mental que integran este Centro, han venido observando una serie de alteraciones en la conducta de algunos sectores de la oposición asociados al fenómeno político

“En la Venezuela de hoy hay un estado permanente de crispación de ánimos, un estado permanente de exacerbación de los ánimos, muchas veces echando manos (los medios de información)a elementos provenientes de la mentira, basados en la exageración”.

Así lo informó Francisco Rivero, médico psiquiatra e investigador del Centro de Estudios Libremente, durante el foro “La Guerra Mediática desde la perspectiva, política, jurídica y psicológica”, organizado por la vicepresidencia de la República este viernes en el Palacio Blanco de Miraflores.

En su intervención, Rivero destacó que en los últimos años los especialistas en el área de la salud mental que integran este Centro, han venido observando una serie de alteraciones en la conducta de algunos sectores de la oposición asociados al fenómeno político.

“Uno observan en la calle, no solamente en el consultorio donde tenemos casos reportados de gente alterada mental, psicológicamente, donde el elemento esencial de su angustia, depresión e incluso de su locura está asociado a los contenidos que tienen los medios informativos”, acotó.

El especialista demostró a través de fotografías y muestras de las propagandas de la llamada Coodinadora Democrática, transmitida reiteradas ocasiones por las principales televisoras privadas del país durante los 62 días del paro petrolero, cómo se manejaron los elementos psíquicos para manipular las conductas y pensamientos de los venezolanos y venezolanas durante estos días.

“Hay elementos allí llamativos, la expresividad de los rostros, el automatismo de ciertas conductas que las hace diferentes que las posiciones políticas conocidas (...) Durante más de año y medio Venezuela estuvo sometida a este bombardeo mediático”.

Según el especialista, existen elementos neuropsiquiátricos en el ser humano que son activados por estas propagandas. Los contenidos que allí se transmitieron activaron por el sistema nervioso central una serie de elementos, que son los que hacen que las personas que se someten a ver estos materiales informativos permanentemente terminen repitiendo conductas agresivas.

Explicó que el cerebro humano se divide en dos hemisferios, izquierdo y derecho, que controlan diferentes funciones mentales del ser humano. El izquierdo, que es aquel que domina las operaciones de comprensión y racionales, y puede verse anulado cuando se activan estímulos sensoriales y emocionales del hemisferio derecho, generando en el individuo respuestas más primitivas.

A través de técnicas que controlen los contenidos informativos que llegan a nuestro cerebro, como por ejemplo la propaganda que incitaba a la persona a recordar lo que había hecho el Presidente en 10 segundos, obliga al receptor a tener un conteo aritmético que le bloquea la capacidad de racionar.

“Es decir, yo bloqueo tu cerebro izquierdo, que es el que raciona y te lo anulo, pero si paralelamente a eso te muestro imágenes agresivas, donde te van a quitar tus hijos, donde te van a quitar tu casa, te activo el hemisferio derecho y este se conecta con el cerebro reptiliano que es donde se activan todos los sentimientos primitivos (llanto, furia, ansiedad, desconcierto...) que todos poseemos”.

Apuntó que estas acciones realizadas por los medios de información, a través de las cuñas, noticias, programas, películas, etc, históricamente han tenido múltiples intenciones entre las que está lanzar a un pueblo a la guerra, justificar masacres, sostener dictaduras, tumbar, cambiar gobiernos, manipular la mente de las personas.

domingo, 13 de septiembre de 2009

HISTORIA DE LA NEUROPSICOLOGIA




Los orígenes
Pierre Paul Broca Las relaciones entre el cerebro y las actividades mentales han sido una cuestión que ha interesado desde los tiempos más remotos. El problema tiene, de hecho, una raíces profundas y previas a la aparición de los términos neurología, neuropsicología o neurología del comportamiento (Lecours y Joanette, 1991). En los libros de historia de la Medicina se pueden encontrar datos sobre las medicinas arcaicas y su evolución hasta la actualidad.

De hecho el objetivo planteado a lo largo de la historia ha sido siempre el mismo:
"Observar sistemáticamente las anomalías del comportamiento propio de la specie y localizar en términos de neuroanatomía macroscópica las lesiones que causan las enfermedades del telencéfalo humano e intentar comprender tanto el funcionamiento y las disfunciones de éste, como substrato de las diversas aptitudes cognitivas"

En esta línea de pensamiento el gran maestro Henri Hécaen reconocía claramente
el nacimiento de la neuropsicología mucho antes de la creación de este término: "Aunque la neuropsicología nació mucho antes que se creara este término, sus inicios tras la comunicación de Broca a la Société d'Anthropologie de Paris, en 1861, han estado señalados por el triunfo del método anatomo-clínico.

Los grandes maestros y fundadores de la neurología aportaron conocimientos capitales que constituirían, directa o indirectamente, los cimientos de la moderna aproximación a las relaciones entre el cerebro y las actividades mentales. Este proceso conduciría a la cristalización progresiva del conocimiento sobre las formas clásicas de afasia, alexia, apraxia, acalculia, etc., tal como se describen en los tratados de neurología contemporáneos. No nos detendremos en este aspecto.
Lección 2: Las primeras terminologías médicas sobre el mismo problema


Por motivos científicos o corporativistas el estudio de las relaciones cerebro-comportamiento ha recibido distintos nombres. Desde la Psychologie physiologique de Jean-Martin Charcot y Théodule Ribot; la Neuropsychopathologie de Julián de Ajuriaguerra y Henri Hécaen que luego se convertiría en Neuropsychologie a secas, como en Luria y Benton; o la Behavioral Neurology de los discípulos de Norman Geschwind. En la actualidad, en el ámbito de la neurología, se ha establecido el término de "Neurología Cognitiva y Conductual"

Cabe destacar que la segunda edición del libro "Principles of Behavioral Neurology" de M.-Marsel Mesulam lleva ahora el título "Principles of Behavioral and Cognitive Neurology" (New York: Oxford University Press, 2000). También es significativo que el la reunión administrativa de la Sección de "Behavioral Neurology" de la American Academy of Neurology, en San Diego (2000), se planteara una discusión terminológica.

En Barcelona la influencia de la obra de Ajuriaguerra y Hécaen (4) fue capital y se concatenó con las aportaciones de otros autores para constituir una primera aproximación sistematizada de los conocimientos sobre las bases cerebrales de las actividades mentales.

El papel de Julián de Ajuriaguerra (1911-1993) y Henri Hécaen (1912-1983). Le cortex cérébral de Julián de Ajuriaguerra y Henri Hécaen (primera edición 1949, segunda edición 1960) representó un verdadero hito en el desarrollo clínico del conocimiento de las actividades corticales superiores. Su capítulo de introducción es realmente remarcable para la época. Se ha de destacar el subtítulo "Étude Neuro-psycho-pathologique" como precedente terminológico. La obra se centraba básicamente en una bipolaridad, por un lado una aproximación topográfica, "síndromes anatomo-clínicos" (frontal, rolándico, calloso, parietal temporal y occipital), y por otro una aproximación funcional, calificada de "problemas fisiopsicopatológicos" (afasias; praxias y gnosias; apraxia; astereognosias; agnosia
auditiva; agnosias visuales; trastornos de la somatognosia; y alucinaciones y lesiones corticales focales).

Le cortex cérébral se continuó, en cierto modo, con otra obra titulada Introduction à la Neuropsychologie, aparecida en 1972. Esta vez con la firma aislada de Hécaen. Este autor actualizó y amplió los contenidos de la primera obra y se centró en los aspectos funcionales: afasias, apraxias, trastornos de la percepción y
anotaciones finales sobre las localizaciones, la dominancia y la restauración funcional. En la introducción Hécaen presentó la siguiente definición, desde la medicina, de neuropsicología:

"La neuropsicología es la disciplina que trata de las funciones mentales superiores en sus relaciones con las estructuras cerebrales" [La neuropsychologie est la discipline qui traite des fonctions mentales supérieures dans leurs rapports avec les structures cérébrales].

Una versión ampliada de este continum de libros se publicó en inglés con el título Human Neuropsychology (Hécaen y Albert, 1978). En esta edición se introdujeron capítulos sobre trastornos de memoria, trastornos debidos a patología del lóbulo frontal, plasticidad cerebral y recuperación de la función. El prefacio fue escrito por Norman Geschwind quien destacó la importancia de la obra de Hécaen:

"...Henri Hécaen fue uno de los nuevos pioneros que reanimaron este campo. Sus contribuciones han llegado a ser tanta parte de nuestro pensamiento básico diario que paradójicamente es fácil olvidar su papel" [...Henri Hécaen was one of the new pioneers who revivified the field. His contributions have become so much a part of our basic everyday thinking that is paradoxically easy to forget his role]”.

Se puede ver, en consecuencia, la evolución de una obra --con cambios de autores y títulos--y se puede considerar esta evolución como el reflejo del cambio de ideas y aproximaciones acontecidas entre 1949 y 1978 (¡tres décadas!).

Entre finales de los cuarenta (1949), cuando aparece la primera edición de "Le cortex cérebral", y mediados de los sesenta (1966) --quince años--descollan una serie de autores importantes, que van a contribuir decididamente al desarrollo y la consolidación, directa o indirectamente, de la neurología de la conducta: Bucy, Fulton, Critchley, Eccles, Magoun y Denny Brown, entre otros.

Durante estos tres lustros destaca, también, un conjunto de libros que recogen las aportaciones a reuniones internacionales de alto nivel y que se suman al proceso de configuración de la neuropsicología. Entre estos libros cabe destacar los editados por Adrian, Bremer y Jasper; Wolstenholme y O’Connor: Halpern De Reuck y O’Connor; y Eccles. Sus aportaciones ciertamente no eran en absoluto de conocimiento generalizado en nuestro medio.
Lección 3: La neuropsicología funcional de los años 70'

Principales citas. El inicio de los años setenta está marcado por tres "neuropsicologías". La "Introducción a la Neuropsicología" de Benton (1971), la de Hécaen (1972), y la de Luria (1973, 1974) y por la "Behavioral neurology" de Pincus y Tucker (1974). Otras "neuropsicologías" son posteriores: la "breve" (un abrégé) de Barbizet y Duizabo (1977); la "Human Neuropsychology" de Hécaen y Albert (1978) que se ha de ver como la continuación de "Le cortex cérébral" de Ajuriaguerra y Hécaen, la más clínica y sintética de Walsh (1978); la americana "de editores" de Heilman y Valenstein (1979). El libro de Heilman y Valenstein se ha consolidado como un libro de texto y se han sucedido cuatro ediciones, la última de 2004. New York: Oxford University Press.

Con independencia del listado de libros que reflejan el desarrollo progresivo de un corpus de conocimientos se debe hacer referencia al desarrollo de la neuropsicología experimental entre los años sesenta y setenta. Si bien el desarrollo inicial de la neuropsicología se basó en el estudio de casos individuales o series de pacientes con trastornos similares, la exploración se fundamentaba en la descripción de los síntomas sin que existieran métodos estandarizados. Los diseños propios de la psicología experimental con grupos de sujetos sometidos a distintos tratamientos experimentales (en el caso de la neuropsicología lesiones), protocolos estandarizados y seguimientos sistemáticos, se inician en los años sesenta-setenta. Los trabajos de distintos autores se dirigieron al estudio de la percepción espacial, memoria, lenguaje, atención, emociones, praxis, etc.

El estudio sistemático de pacientes sometidos a intervenciones quirúrgicas para el tratamiento de la epilepsia, en el que destaca el papel de Brenda Milner en el Montreal Neurological Institute, representó un nuevo avance metodológico y científico. También se han de destacar las aportaciones de Roger Sperry en el ámbito de las callosotomías. Estas técnicas quirúrgicas implicaron el desarrollo de metodologías cognitivas para conocer el estado funcional de los pacientes.
Lección 4: La neuropsicología en los años 80' y 90'
En los años ochenta aparecen diversas obras entre las que destacan la aproximación "de autor" erudita y completa, de Dimond (1980)(26); o la más académica o "libro de texto" de Kolb y Wishaw (1980). La "Neuropsicología" editada por J. Peña-Casanova y Ll. Barraquer-Bordas (1983)(28) fue la primera obra de estas características generales en España. Cabe destacar la "Localization in Neuropsychology" editada por Andrew Kertesz (1984) que aportó una clara novedad ya que el enfoque se realiza principalmente alrededor de los problemas de la localización cerebral de la función. La segunda edición del libro editado por Kertesz se titula "Localization and Neuroimaging in Neuropsychology" (San Diego: Academic Press, 1994).

La obra "Principles of Behavioral Neurology" editada por Marcel Mesulam (1984) constituyó otro clásico. La "Neuropsychologie Clinique et Neurologie du Comportement" editada por Mihai Ioan Botez (1987, segunda edición de 1997) contiene una especie de vuelta a los orígenes ya que el libro se organiza en bases generales, en funciones y en síndromes focales (temporal, parietal, frontal, etc.) al igual que el libro de Ajuriaguerra y Hécaen.

En los años ochenta aparece una obra que iba a tener una gran influencia en el ulterior desarrollo de la neuropsicología, la "Human Cognitive Neuropsychology" de Andrew W. Ellis y Andrew W.Young (1988)(32). Esta obra establece claramente los principios de la "neuropsicología cognitiva", destacando los conceptos de modularidad y exponiendo las arquitecturas funcionales (modelos) de las funciones estudiadas. La semiología clínica (las capacidades afectadas y preservadas) se analizan en relación con un modelo sobre el procesamiento normal. En 1996 los autores publican una edición ampliada en la que incluyen una serie de lecturas sobre los temas de la primera edición. Por este motivo el libro lleva el subtítulo de "A textbook with readings"

Los años noventa presentan la novedad del "Handbook of Neuropsychology" editado por François Boller y Jordan Grafman (apareciendo volúmenes hasta el año 1997). Posteriormente aparecieron la "Neuropsychologie humaine" de Xavier Seron y Marc Jannerod (1994), la "Behavioral Neurology and Neuropsychology" de Todd E. Feinberg y Martha J. Farah (1997), o la reciente obra "Handbook of Clinical and Experimental Neuropsychology" de Gianfranco Denes y Luigi Pizzamiglio (1999). En 1994 aparece en Colombia la "Neuropsicología clínica" de Alfredo Ardila y Mónica Rosselli, "como texto básico de entrenamiento universitario en neuropsicología" (cita en la contraportada), dos años mas tarde, en 1994, le sigue en España otra obra de neuropsicología dirigida a estudiantes de las facultades de Psicología, es la "Neuropsicología" de Junqué y Barroso.

En 1995 llega desde Brasil el libro "Neuropsicologia, das bases anatomicas à rehabilitaçao", editado por Ricardo Nitrini, Paulo Caramelli y Letícia L. Mansur. En 1998 Victor Feld y Mario T. Rodríguez editan en Buenos Aires la primera "Neuropsicología infantil" en español. En resumen: la aparición de las "neuropsicologías fundacionales" a principios de los 70 y todas en un contexto netamente neurológico, representa una abierta y clara cristalización del saber neuropsicológico, y una inflexión en el desarrollo de la especialización. La gran diversificación de temáticas neuropsicológicas se produce alrededor de 1975, cuando aparecen libros especializados. Los años ochenta y noventa aportan nuevas obras que van acumulando conocimientos destacando un "Handbook of Neuropsychology" y la irrupción de la "neuropsicología cognitiva". En 1974 aparece en España la primera aproximación sistematizada de Barraquer-Bordas en neuropsicología, su Afasias, Apraxias, Agnosias. Esta obra cabe situarla en la línea de las obras de revisión y actualización pero centrándose en el ámbito del lenguaje, la gestualidad y el reconocimiento.

La llegada de las obras de Aleksandr Romanovich Luria significó un nuevo impulso, ciertamente muy importante, en el desarrollo subsiguiente de la neuropsicología en nuestro medio. Se ha de destacar su obra "The working brain. An introduction to Neuropsychology" (del año 1973), versión inglesa discretamente modificada de la versión rusa "Osnovi neiropsijologii" (Fundamentos de neuropsicología), que llegó a su edición castellana (a partir de la inglesa) con el nombre de "El cerebro en acción" (1974).

La obra de Luria significó una concepción integral de la neuropsicología. Todo parecía estar claramente concatenado: la concepción teórica, los métodos clínicos, los síndromes y la terapia. Al hacer referencia a las afasias, por ejemplo, muchos colegas siguieron la clasificación de Luria y aceptaron, casi como dogma, los mecanismos fisiopatológicos propuestos por este autor en cada forma clínica de afasia. Muchos descubrieron la neuropsicología a través de Luria y la confundieron e igualaron a la obra de este autor.

En los aspectos prácticos los psicólogos, fundamentalmente en el área de la psicometría y relacionados con la clínica psiquiátrica, realizaban exploraciones mediante tests "de organicidad" (¡!). La obra de Luria iba a representar un revulsivo importante y un cambio de objetivos para los seguidores de la psicometría pura y dura. Pero no todos captaron claramente el mensaje de Luria.
Lección 5: Disciplinas relaciondas

De la neuropsicología como encuentro a las fragmentaciones profesionales Progresivamente, y partiendo de los mismos objetivos generales, han cristalizado en la actualidad tres disciplinas relacionadas que tienen objetivos compartidos, pero distintas bases científicas e históricas y claras diferencias en relación con los profesionales que las cultivan y sus organizaciones profesionales así como en los métodos de trabajo y de intervención terapéutica. Estas tres disciplinas son la neuropsiquiatría, la neuropsicología y la neurología de la conducta. En los párrafos siguientes se exponen brevemente y se complementan los rasgos y las diferencias, a veces de matiz, entre estas disciplinas siguiendo el modelo de Mendez, Van Gorp y Cummings (1995).

El término "Neuropsicología" se atribuye a veces a Karl Lashley (1890-1958). Este autor experimentalista usó el térmico en el contexto de las lesiones cerebrales y la conducta en una presentación que realizó en el año 1936 ante la Boston Society of Psychiatry and Neurology. Su conferencia apareció publicada en 1937 (Lashley, KA. Functionals determinants of cerebral localization. Archives of Neurology and Psychology, 1937; 38:371-387).

A pesar de esta atribución Lashley no fue el primero en usar este término. Dado que Lashley cita el libro ded Goldstein de 1934, y no usara la palabra antes de 1936 hace pensar que la tomara de Goldstein.

La palabra "neuropsicología" había sido usada en 1913 por William Osler (1849-1919) en una conferencia sobre la formación en la Phipps Psychiatric Clinic. Osler utilizó el término "neuro-psychology" en el contexto de la idea de que los estudiantes deberían tomar cursos sobre los trastornos mentales (Osler W. Specialism in the general hospital. Johns Hopkins Hospital Bulletin, 1913:24:167-233. Kurt Golsdtein (1878-1965), también usó el termino neuropsicología en su clásico Der Aufbau des Organismus (La construcción del organismo), publicado en 1934. Esta obra se publicó en inglés en el año 1939 con el siguiente título y subtítulo: The Organism. A Holistic Approach to Biology Derived from Pathological Data in Man. La palabra "neuro-psychological" aparece en la introducción del tema de los procesos aberrantes del pensamiento que aparecen en pacientes con lesiones cerebrales.

La neuropsiquiatría, desarrollada por psiquiatras, se centra más en la neurofisiología y la neuropatología relacionadas con enfermedades mentales (depresión, psicosis, cambios de personalidad), observadas en pacientes eminentemente neurológicos que padecen secuelas de accidentes vasculares, epilepsia, alteraciones neurodegenerativas, etc. Su método principal es la historia psiquiátrica y la descripción psicopatológica.

A esta disciplina se podría aproximar la psicogeriatría. Esta disciplina, también eminentemente desarrollada por psiquiatras, se centra en el estudio de las alteraciones psiquiátricas relacionadas con la ancianidad, en este ámbito unos profesionales se centran más en la vertiente neurológica (demencias, fundamentalmente), mientras que otros se centran en la vertiente más psiquiátrica (depresiones, delirios, etc.).

La neuropsicología, desarrollada por psicólogos, se centra en los mecanismoscognitivos de la memoria, el lenguaje, las capacidades viso-espaciales, ejecutivas, etc., en relación con mecanismos mediados por estructuras cerebrales. La neuropsicología se sitúa en los confines de la neurología clínica, de la psicología general y experimental. Su principal método de evaluación son los tests estandarizados, mientras que su principal foco terapéutico es la rehabilitación cognitiva y la psicoterapia.

La neurología de la conducta es desarrollada por neurólogos tras una especialización que ha sido definida recientemente por la Academia Americana de Neurología (neurología cognitiva y conductual). La neurología, tras dar lugar al nacimiento de la neuropsicología, ha redefinido su tarea en el ámbito, con los siguientes rasgos:

Profesional implicado: la neurología de la conducta la realiza un médico neurólogo que se ha especializado en este ámbito. Las guías para la formación han sido establecidas por la Academia Americana de Neurología.

Bases teóricas: Los síndromes clínico topográficos clásicos (afasias, apraxias,agnosias, amnesias, etc.) constituyen los cimientos de la especialidad, pero a estos conocimientos se incorporan las aportaciones más moleculares de la llamada "neuropsicología cognitiva". Aunque en un sentido original e histórico los síndromes focales hayan constituido las bases, la neurología no es en absoluto ajena a todas las aportaciones de otras ramas del saber como la psicología, la lingüística o la sociología.

Ciencias de base: La Medicina y las neurociencias en general son las bases de laneurología de la conducta. Esto quiere decir que el profesional se aproxima al problema con conocimientos de fisiopatología general, y específicos de fisiopatología neurológica. Conoce, además, las entidades clínicas no neurológicas que pueden ser concomitantes o condicionantes en un caso determinado.

Las neurociencias en general (neuropatología, neurobiología, neurogenética, neurofisiología, neuroquímica, neurofarmacología, neuroimagen, etc.) aportan mucha información que se usará en el estudio y la comprensión de la enfermedad.

Foco de trabajo: La correlación neuropatológica constituye en foco principal. El diagnóstico y la evaluación de las lesiones del sistema nervioso es la actividad general del neurólogo, que en el caso de la neurología de la conducta se centra en el cerebro. Si bien la correlación neuropatológica ha sido tradicionalmente el foco principal, la neurología no ha sido en absoluto ajena a las aproximaciones funcionales y ha sido precursora de los modelos cognitivos.

La aproximación actual debe ir encaminada al estudio de las alteraciones cognitivas y del comportamiento en el ámbito de entidades nosológicas definidas: enfermedad de Parkison, esclerosis múltiple, epilepsia, demencias, traumatismos craneoencefálicos, etc. En este enfoque --superándose la visión clásica de los síndromes focales que podíamos llamar de "afasias, apraxias, agnosias"—permite que el neurólogo pueda realizar el manejo de los pacientes con mayor base y formación.

Método: En neurólogo del comportamiento realiza básicamente una evaluación dirigida a la cognición en el contexto neurológico general del paciente. Las alteraciones cognitivas se estudian en el contexto de la historia del paciente y de las exploraciones complementarias neurológicas. En este apartado en donde la actividad se concatena con la del neuropsicólogo quién aportará – entre otros—los datos obtenidos mediante test estandarizados.

El neurólogo especializado en neurología de la conducta ha de conocer los principios de la "neuropsicometría" y las características, indicaciones y el valor específico de cada test neuropsicológico.

Es importante destacar el impacto de las corrientes de la Medicina Basada en la evidencia (pruebas) en todo el ámbito metodológico de la neurología y de la neurología de la conducta.

La neurología debe desarrollar instrumentos de evaluación neuropsicológica que permita una actividad clínica objetiva, sin sesgos y con alto valor de predicción, en los ámbitos del pronóstico, el diagnóstico y el tratamiento.
TOMADO DEL MODULO DE PSICOLOGIA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL A DISTANCIA, "UNAD"
AUTOR:PSICOLOGO JHON ALEXANDER MORENO MORENO
REVISADO POR: PSICOLOGA LUZ AMPARO PESCADOR