Por
Carlos E Climent[1]
“Desde que lo (la) conozco
nunca ha aceptado su
responsabilidad en nada…Tiene una habilidad asombrosa para demostrar que la culpa
siempre la tienen los demás…
¡Es increíble la manera
como voltea las cosas a su favor!… ¡ Y lo más sorprendente es… cómo me dejo enredar…para seguir ahí”
El tema que nos ocupa
es el manipulador* También se hace referencia a la simbiosis que -en relación de pareja- se establece entre
este y su víctima, el manipulado. El primero es un ser astuto por naturaleza que se las arregla para dar muy poco y recibir mucho. El segundo
es el idiota útil que siempre está dispuesto a servir. El poder del uno
depende de la debilidad del otro.
Entre las características del manipulador están, su:
-
Mala intensión fría y calculada
-
Profundo egoísmo e incapacidad
de amar de verdad. Finge afecto
de manera tan mañosa que pueden engañar por mucho
tiempo, (Pero finalmente hasta el
más ingenuo se da cuenta).
-
Negativa absoluta
para aceptar sus fallas.
-
Maestría para sacudirse de encima las culpas
que le corresponden y adjudicárselas
a los demás.
-
Aparente poder de convicción con el cual logran captar audiencias que les oyen (no necesariamente les creen) sus
historias.
-
Poder de intimidación que ejercen exclusivamente sobre sus víctimas, pues frente a los demás son obsequiosos y hasta serviles.
-
Intuitiva habilidad diagnostica. De entre un montón de candidatos (as) posibles, identifica la persona con las condiciones manipulables
precisas. Con solo verla…conoce sus debilidades…sabe cómo debe actuar…que decir y que ocultar…
-
Determinación. Una vez que le echa el ojo
a su elegido(o) la (lo) agarra con la firmeza del perro de presa y no la
vuelve a soltar.
-
Rapidez y sangre fría. Su accionar es
sorpresivo pues lo que le interesa es no dejar tiempo a la contraparte para pensar, ni consultar. De ello depende que
el botín no se escape.
-
Fachada impecable de modales
suaves y elegancia impostada.
-
Habilidad estratégica frente a las crisis. Cuando la víctima agobiada por las circunstancias decide
rebelarse en ese momento y solo
temporalmente – el manipulador afloja la presión, se disfraza, se acomoda y espera
con sumo cuidado hasta cuando se enfrían
las cosas. Fingen cambios, se aconducta,
cumple con todos los requerimientos…hasta
cuando el otro se descuida creyendo que
las cosas cambiaron…y vuelve a lo suyo.
-
Incapacidad de seguir fingiendo cuando los deseos de liberación de
la víctima son definitivos y el
manipulador detecta esa certeza. En ese momento
surge lo más sórdido y escondido,
evidenciado en su ambición económica y/o en
el control de la otra persona. Cuando la
manipulación es una forma más o menos habitual
de relacionarse con los demás, se constituye en un trastorno de la
personalidad. Comparte muchos elementos
descriptivos con el antisocial,
el narcisista y/o el hipócrita. Sus características son evidentes desde muy
temprano en la vida de las personas y a pesar de ser una constante, suelen mantenerse
muy camufladas. aparecen solo cuando son necesarias y se vuelven
a esconder cuando las circunstancias
lo exigen.
-
Una de las razones por las cuales la posibilidad de intervención terapéutica con el manipulador están estéril
es su falta de conciencia de enfermedad. Es decir, de acuerdo
a su propio criterio, él está perfecto y por lo tanto no admite
sindicación alguna de patología. Las posibilidades de recuperación deben buscarse entre sus víctimas, los seres manipulables,
tema de la próxima nota.
(*
El termino aplica ambos sexos)
Tomado
de prensa escrita, ver también en: http://carlosecliment.blogspot.com.co/
tema relacionado: EL MANIPULADOR Y EL MANIPULABLE.
http://humanidadypsicologia.blogspot.com.co/2008/10/el-manipulador.html
tema relacionado: EL MANIPULADOR Y EL MANIPULABLE.
http://humanidadypsicologia.blogspot.com.co/2008/10/el-manipulador.html