lunes, 29 de agosto de 2016

EL MANIPULADOR: NUNCA TIENE LA CULPA DE NADA


Por Carlos E Climent[1]

“Desde  que lo (la)  conozco  nunca ha aceptado  su responsabilidad en nada…Tiene una habilidad asombrosa  para demostrar  que la culpa  siempre  la tienen los demás…

¡Es increíble  la manera  como voltea  las cosas  a su favor!… ¡ Y  lo más sorprendente es… cómo me dejo  enredar…para seguir ahí”

El tema  que nos ocupa  es el manipulador* También se hace referencia a la simbiosis  que -en relación de pareja- se establece  entre  este y su víctima, el manipulado. El primero  es un ser astuto por naturaleza  que se las arregla  para dar muy poco  y recibir mucho.  El segundo  es el idiota  útil  que siempre  está dispuesto a servir. El poder  del uno  depende  de la debilidad del otro.

Entre  las características  del manipulador  están, su:

-          Mala intensión fría y calculada

-          Profundo egoísmo  e incapacidad  de amar de verdad. Finge  afecto  de manera tan  mañosa  que pueden engañar  por mucho  tiempo, (Pero finalmente  hasta el más ingenuo se da  cuenta).

-          Negativa  absoluta  para aceptar  sus fallas.

-          Maestría para sacudirse de encima  las culpas  que le corresponden  y adjudicárselas  a los demás.

-          Aparente  poder de convicción  con el cual logran captar audiencias  que les oyen (no necesariamente les creen) sus historias.

-          Poder de intimidación que ejercen  exclusivamente  sobre sus víctimas, pues  frente a los demás  son obsequiosos y hasta serviles.

-          Intuitiva habilidad diagnostica. De entre un montón  de candidatos (as) posibles, identifica  la persona con las condiciones manipulables precisas. Con solo verla…conoce sus debilidades…sabe cómo  debe actuar…que decir  y que ocultar…

-          Determinación. Una vez que le echa  el ojo  a su elegido(o) la (lo) agarra con la firmeza  del perro de presa  y no la  vuelve a soltar.

-          Rapidez y sangre fría. Su accionar es sorpresivo pues lo que le interesa es no dejar tiempo a la contraparte  para pensar, ni consultar. De ello depende que el botín no se escape.
-          Fachada impecable  de modales  suaves  y elegancia impostada.

-          Habilidad estratégica frente  a las crisis. Cuando la víctima  agobiada por las circunstancias  decide  rebelarse en ese momento  y solo temporalmente – el manipulador afloja la presión, se disfraza, se acomoda  y espera  con sumo  cuidado hasta cuando se enfrían  las cosas. Fingen cambios, se aconducta, cumple  con todos los requerimientos…hasta cuando el otro  se descuida creyendo que las cosas  cambiaron…y vuelve a lo suyo.




-          Incapacidad de seguir  fingiendo cuando los deseos de liberación de la víctima son definitivos  y el manipulador detecta esa certeza. En ese momento  surge lo más sórdido  y escondido, evidenciado  en su ambición  económica  y/o  en el control  de la otra persona. Cuando la manipulación es una forma  más o menos habitual de relacionarse con los demás, se constituye en un trastorno de la personalidad. Comparte muchos elementos  descriptivos  con el antisocial, el narcisista y/o el hipócrita. Sus características son evidentes desde muy temprano en la vida  de las personas  y a pesar de ser una constante, suelen  mantenerse  muy camufladas. aparecen solo cuando son necesarias  y se vuelven  a esconder  cuando las circunstancias lo exigen.

-          Una de las razones  por las cuales  la posibilidad de intervención  terapéutica con el manipulador  están estéril  es su falta  de conciencia  de enfermedad. Es decir,  de acuerdo  a su propio criterio, él está perfecto y por lo tanto  no admite  sindicación  alguna  de patología. Las posibilidades   de recuperación  deben  buscarse  entre sus víctimas, los seres manipulables, tema  de la próxima nota.

(* El termino  aplica  ambos sexos)
Tomado de prensa escrita, ver también en: http://carlosecliment.blogspot.com.co/

tema relacionado: EL MANIPULADOR Y EL MANIPULABLE.
 http://humanidadypsicologia.blogspot.com.co/2008/10/el-manipulador.html