sábado, 30 de octubre de 2010

Preocupante aumento de enfermedades cognitivas Riesgo en los Niños

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El deterioro cognitivo, alteración de las funciones cognitivas superiores como la memoria, orientación, percepción, comprensión, pensamiento, juicio, cálculo y comunicación pueden afectarse por problemas orgánicos o funcionales que genera discapacidad. Proteja a sus hijos. Unidad Investigativa.


Las enfermedades cognitvas se caracterizan por presentar un proceso degenerativo del sistema nervioso central, ocasionando pérdida global de las capacidades intelectuales adquiridas. En los niños la causa es generalmente orgánica, degenerando el sistema nervioso central. Hay dos clases. La demencia, adquirida en alguna etapa de la vida, y el retraso mental, que es de nacimiento.

Adicionalmente, un coeficiente intelectual por debajo del promedio normal, suele manifestarse durante el período de desarrollo, produciendo retardos de tipo clínico. También existen retardos mentales culturales o familiares, pero no tienen patologías demostrables del Sistema Nervioso Central. Entienda esta problemática que cada día ataca más a la infancia en el país.

La prevención está en sus manos

La asfixia fetal es otra de las causas más comunes de lesión cerebral en el recién nacido, debido a la alteración del intercambio gaseoso entre la madre y el feto, base para la asfixia fetal que puede ocurrir antes o durante el parto. La habilidad del feto para resistir el rigor del trabajo de parto depende del cuidado alimenticio, físico y emocional de la madre, así como de la buena salud de la criatura. De producirse una lesión, la consecuencia puede ser una encefalopatía neonatal transitoria o complicaciones neurológicas a largo plazo como epilepsia, alteración cognitiva y parálisis cerebral.

La parálisis cerebral se refiere a varios trastornos del movimiento y la postura, que se deben a una anomalía no progresiva del cerebro inmaduro, que se origina durante el periodo prenatal, peri natal o postnatal, con deficiencias asociadas que pueden incluir déficit de atención y visión, convulsiones, retardo mental, discapacidad de aprendizaje y problemas de alimentación, lenguaje y conducta.

Los factores causales durante el primer trimestre del embarazo pueden ser exposición a drogas teratógenas o infección intrauterina. No obstante, no se han establecido etiologías definidas para la mayoría de los casos de Parálisis Cerebral que se consideran de origen prenatal. Algunos estudios recientes de Salud Pública confirman que fuertes predicciones de la Parálisis Cerebral son anomalías congénitas y bajo peso al nacer que se relacionan a factores prenatales y asfixia perinatal.

Mucho ojo a las causas (Recuadro)
Se diferencian varios tipos de causas entre las cuales están las prenatales y postnatales.
Prenatales:
Nutrición pobre de la madre.
Infección materna aguda.
Incompatibilidad sanguínea.
Anoxia.
Radiaciones.
Drogas.
Prematurez.
Salud Mental Materna.
Postnatales:
Procesos infecciosos (viruela, sarampión).
Encefalitis infecciosa.
Encefalitis por plomo.
Estatus nutricional.
Accidentes.
Estadísticas que preocupan
Más de 102 mil mujeres (58,9%) y 71 mil hombres (41,1%) padecen enfermedades cognitivas solo en la capital del país. Según las estadísticas del DANE, las niñas están en más alto índice de enfermedades que los niños, debido a complicaciones del sistema nervioso central.

Trastornos de Cuidado

Torpeza de movimientos: Son movimientos pobres y dificultad en su realización. Paratonía: El niño no puede relajar el tono de sus músculos de forma voluntaria; incluso en vez de relajarlos, los contrae exageradamente. Este rasgo es el más característico de este trastorno.

Sincinesias: Son movimientos que se realizan de forma involuntaria al contraerse un grupo muscular: mientras el niño escribe, saca la punta de la lengua o mueve alguna otra extremidad de manera involuntaria. Tiene que ver con una cierta inmadurez sobre el control del tono.

Inestabilidad motriz: El niño con inestabilidad motriz es incapaz de inhibir sus movimientos, así como la emotividad que va ligada a éstos. Es incapaz de mantener un esfuerzo de forma constante; se muestra muy disperso. Suele tratarse de un niño problemático y mal adaptado escolarmente.

Inhibición Motriz: El niño inhibido motrizmente suele mostrarse tenso y pasivo. Muestra como un temor a la relación con el otro, a la desaprobación, y ello le hace "no hacer", "inhibir" lo que serían los amplios movimientos corporales que le harían ser demasiado "visible".

Apraxia: El niño que presenta una apraxia conoce el movimiento que ha de hacer, pero no es capaz de realizarlo correctamente. Se trata de un trastorno motor y neurológico.

Trastornos Cognitivos:
Existe una gran cantidad de trastornos del desarrollo cognitivo, los cuales se pueden manifestar tanto en la primera infancia como en una etapa posterior, abordaremos los más frecuentes.

Trastornos Fóbicos: El niño "con fobias" siente un miedo irracional y desproporcionado respecto a un objeto o situación real que se lo provoca; él lo vive como una "auténtica" amenaza, de ahí la angustia y el pánico que le suscita. Como resultado de ello, intenta "evitar sistemáticamente" esa situación: es, en ese momento, cuando la situación de miedo pasa a ser fóbica (esa es su estrategia, "evitar"). Aunque el niño reconoce que ese miedo que siente es excesivo, no puede controlar su reacción. El grado de incapacitación que ese miedo provoca en el niño es lo que marcará la gravedad de ese trastorno fóbico.

Fobia escolar:
Es el tipo de fobia más frecuente en niños. Suele reaccionar mediante molestias físicas tales como cefaleas, dolores abdominales, incluso vómitos, con el fin de evitar la asistencia a la escuela. Suele suplicar a los padres que no le lleven a la escuela, que acudirá sin falta más tarde o al día siguiente; pero se repite la misma situación. En el momento de la crisis, el niño no razona ante nada.

Depresión:
Si aparece de forma clara, el niño se muestra: apático, sin interés por cosas que antes le atraían, triste sin causa aparente, su capacidad de disfrute (de encontrar placer) está disminuida con ansiedad y agitación, muy irritable, con el sueño alterado (insomnio por la noche y, a veces, hipersomnia durante el día), muy fatigado, sin energía (sobre todo, por la mañana), se alteran sus hábitos alimenticios (generalmente, hay pérdida del apetito, pero también se da el caso opuesto), con dificultades de concentración, afectándose su rendimiento escolar, en su pensamiento está muy presente el tema de la muerte, puede manifestar frases negativas sobre sí mismo.

Psicosis Infantil:
El niño psicótico se comporta, permanentemente, de forma "estrafalaria" y desconcertante. Las conductas propias de una psicosis pueden describirse como: Aislamiento, presenta una clara falta de comunicación respecto al entorno, se observa una falta de contacto ocular, hay ausencia de sonrisa, ausencia del miedo frente a personas o situaciones extrañas. Rechaza, generalmente, el contacto físico. Retraso en el control de los esfínteres.

Esquizofrenia infantil:
El niño presenta la pérdida de juicio crítico de la realidad es decir la incapacidad para diferenciar lo real de lo ilusorio. Se presentan alucinaciones, ensalada de palabras, distorsiones cognitivas.

Estrés Infantil:
Es una respuesta a cualquier situación o factor que crea un cambio emocional o físico negativo o cambios de los dos tipos (la situación más típica). El estrés puede afectar la manera en que los niños piensan, actúan y sienten. En la mayoría de los casos, el estrés experimentado por un niño puede parecer insignificante para los adultos, pero como los niños tienen pocas experiencias previas de las cuales aprender, incluso las situaciones que exigen cambios pequeños pueden tener un impacto enorme en los sentimientos de seguridad y confianza del niño.

Retraso específico del lenguaje:
Es un trastorno específico del desarrollo en el que la comprensión del lenguaje por parte del niño es inferior al nivel adecuado a su edad mental. Suele ser relativamente frecuente que en este tipo de retrasos exista un deterioro notable de la expresión del lenguaje, así como alteraciones en la pronunciación de los fonemas. Por regla general son niños que inician el lenguaje a una edad tardía, en torno a los 3 años.

Tartamudez:
La tartamudez, también llamada balbuceo o habla no fluida, es un trastorno del habla. Es diferente de la repetición normal de palabras que los niños pueden exhibir cuando están aprendiendo a hablar. La tartamudez normal del desarrollo puede aparecer cuando el niño tiene entre 18 meses y 5 años de edad, y puede consistir en la repetición de palabras o frases, la pronunciación incorrecta u omisión de palabras o sonidos y el uso de algunas palabras difíciles de reconocer. La tartamudez verdadera puede presentarse en un niño que padece determinados problemas del habla, propios del desarrollo normal, a quien se lo presiona para que hable mejor. El niño se vuelve entonces consciente de su desempeño y se esfuerza por hablar mejor, lo que en realidad empeora su forma de hablar.

¿Sobreprotección, o independencia?



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La sobreprotección es una conducta obsesiva de los padres hacia los hijos, que en lugar de ayudarles, les ocasiona dificultades en su personalidad, como el miedo a ser independientes, y a tener que enfrentar situaciones de riesgo o de dolor. Por ello los padres deben saber hasta qué punto pueden influenciar en ellos; cuándo les deben prestar ayuda, y cuándo los deben dejar tomar sus propias decisiones, y enfrentarse a los retos del mundo, con el riesgo que ésto conlleva.


Para los especialistas, un niño sobreprotegido es tímido, inseguro, ansioso, busca la protección de quienes lo rodean, llora intensamente, es nervioso y tiende a aislarse, porque para él es difícil relacionarse con otros niños de su misma edad; pocas veces asume la responsabilidad de sus actos, porque está acostumbrado a que sus padres lo hagan por él, y como si fuera poco, carece de defensas inmunológicas, lo que le puede provocar además, serios impactos físicos. Sin embargo, el colegio juega un papel muy importante, porque es allí donde adquiere confianza para enfrentarse a la vida.

De acuerdo con la pediatra Lina María Orozco, los padres sobreprotectores limitan la exploración del mundo de su hijo, transmitiéndole inseguridades. “Durante la adolescencia, debido a su frustración, se vuelven rebeldes. Y al llegar a la adultez, como una forma de esconder de los demás el temor a lo inesperado, enfrentan sus frustraciones con mal carácter. Según ella, en las relaciones de pareja son celosos, y en el campo laboral, el temor y la inseguridad a ser criticados, los perjudica en su desempeño”.

“Por eso es necesario que desde niños, ellos mismos exploren su ambiente, para que aprendan a ser seguros, y se les debe permitir interactuar con el mundo que los rodea, e estimularlos para que investiguen”.

Fomentar la independencia

La especialista también recomienda que “Los padres deben encontrar el equilibrio entre brindar a sus hijos una mayor capacidad para valerse por sí mismos, y un control para evitar los peligros que los acechan, sin imponerles sus opiniones, y permitiéndoles mostrar sus puntos de vista, incluso aunque sean contrarios a los suyos”.

“La libertad se les debe otorgar poco a poco, de acuerdo con su grado de madurez y de responsabilidad, siempre que demuestren ser merecedores de esa independencia. La clave está en analizar las circunstancias, las razones y las consecuencias”, concluye la doctora Orozco.

Recomendaciones para fomentarles desde pequeños, la independencia

• Motivarlos y enseñarles a realizar las cosas por sí mismos.
• Permitirles que elijan su ropa.
• Exigirles colaboración en las tareas del hogar
• Pedirles ideas para solucionar los problemas.
• Dejarlos cometer errores y tener frustraciones
• Permitirles interactuar con sus amigos y otros familiares, fuera del ambiente familiar.
• Motivarlos a realizar actividades desconocidas para ellos.
• Dedicarles tiempo para que desarrollen destrezas motoras como los deportes, la gimnasia, y el baile.
• Dejarlos que solucionen los problemas con sus amigos por sí solos.
• Enfrentarlos a la naturaleza sin ayuda externas, como las comodidades y la tecnología.
• Enseñarles a que tomen iniciativas y enfrenten las consecuencias.



sábado, 19 de junio de 2010

El problema del mal en psicoanálisis




Jesús María Dapena Botero (Desde España. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

En el libro compilado por Martín Böhmer, Rodolfo Moguillansky y Rogelio Rimoldi, “¿Por qué el mal?”, este último autor trabaja un capítulo que titula: El mal ¿en el diván? ¿Qué puede decir un psicoanalista respecto a las múltiples causas del mal?, el doctor Rogelio Rimoldi nos enfrenta con eso que André Malraux llamó esa región crucial del alma, adonde el mal absoluto se opone a la fraternidad.

Nos enfrenta con un problema complicado, el cual requiere de un abordaje interdisciplinario, dado que su complejidad no admite reduccionismos, y dentro de esas disciplinas, de una manera ineludible hay que convocar al psicoanálisis, en tanto y en cuanto, éste aporta una perspectiva, con toda una serie de hipótesis, que tampoco puede proponer una mirada totalizadora sobre ese escabroso e incómodo asunto.

Se trata de una materia indudable que está determinada por toda una serie de fenómenos sociales, históricos, personales, contra cuyo fondo se destacan figuras como las de los asesinatos, los homicidios, las violaciones de toda índole, los genocidios… en fin, toda una gama de actos siniestros e ignominiosos, como para ser destacados en una historia universal de la infamia, cometidos por esos hombres, a los que comúnmente llamamos como “malos”, a quienes Michel Foucault denominó hombres infames, esos hombres, cuyas vidas, a la manera de Pierre Rivière, asesino de su madre, su hermana y su hermano, tanto le fascinaban.

Bien sabemos que el pretender que haya un único objeto de conocimiento no es más que una ilusión, buscadora de una unificación del conocimiento, desde enfoques, ángulos y disciplinas complementarias para tratar de imponernos un pensamiento único a los últimos hombres, antes de que se dé un supuesto y anhelado fin de la historia.

Más bien, habría que tener en consideración que cada campo disciplinario tiene una autonomía epistemológica con respecto a los restantes, de tal forma que así construye su propio objeto del conocimiento, de tal modo que, términos, compartidos entre las distintas disciplinas, adquieren significados diferentes en los diversos contextos que les son propios.

Así, no es lo mismo el mal para el derecho, para el juez a la hora de dictar la sentencia, al determinar responsabilidades, culpas y eventuales condenas, que para el psicoanálisis, que no se propone establecer juicios de valor sino captar el orden de las motivaciones inconscientes del obrar desordenado con respecto a la norma y los grandes tabúes de la cultura humana.

Ya de hecho, como lo cita Rafael Paz, en su texto de psicopatología, W. R. Bion nos decía que los psicoanalistas nos ocupamos de la misma gente que la policía pero… desde un vértice diferente.

Sin embargo, la heterogeneidad de las disciplinas no nos exime del diálogo ni del trabajo conjunto y lo que hace es ubicarnos ante una problemática similar, que hemos de captar desde distintos puntos de vista. El desafío de la interdisciplinariedad consiste en lograr el debido respeto y tolerancia de las diferencias, de la alteridad de nuestros saberes, certezas y legalidades, en la relación con un otro.

Pretender, desde una perspectiva empírico-positivista que las ciencias sociales abandonen su metodología, en busca de una común a todas las ciencias, para los sociólogos argentinos Atilio Borón y Eduardo Grüner, en este momento de la historia, resulta tan insostenible como la teoría geocéntrica de Ptolomeo, ya que la producción de evidencias permite toda una multiplicidad de procedimientos, cuya rigurosidad y precisión se construyen desde otras premisas, sin necesidad de recurrir a la pura prueba empírica; aún para Grüner es irrespetuoso el uso peyorativo del término teológico, ya que en la tradición de la historia del pensamiento universal, la teología ha tenido un papel importante, entre otras cosas en el análisis del problema del mal, de tal forma que la teología y la teodicea, deberían ser formas del pensamiento, que habrían de ser convocadas a los equipos interdisciplinarios, donde se trata el asunto de lo bueno y lo malo.

El psicoanálisis, al pretender acercarse al problema del mal, se encuentra con un obstáculo, el de la fenomenología misma del mal, para algunos, más una cuestión de raigambre social que el psicoanálisis, el cual se iniciara con la escucha individual, uno por uno, de los sujetos que acudían al diván de Freud, aunque hemos de tener en cuenta que al lado de este Freud hay otro sociológico, que es quien escribe sobre la moral sexual cultural y la nerviosidad moderna, los tótems y los tabúes, la relación entre el individuo, los líderes y las masas, las religiones y el malestar en la cultura, lo que a permitido a analistas como Isidoro Berenstein y Janine Puget hablar de otros espacios del psiquismo humano, que no se reducen al ámbito de lo intrasubjetivo, sino que analizan los vínculos entre los sujetos y de éstos con la cultura, los espacios intersubjetivos y transubjetivos, que ellos incluyen como categorías de su pensamiento.

El psicoanalista riguroso plantea sus hipótesis a partir de hechos clínicos, de su experiencia al lado de los pacientes y analizantes, con el fin de no trasponer ni confundir niveles fenomenológicos y de significación.

Para él, el mal estaría encarnado en los delincuentes, en los criminales, en los perversos o en los psicópatas graves, que no suelen frecuentar demasiado nuestros consultorios, dada su falta de egodistonía y de cuestionamiento sobre sí mismos, fundamentales para la búsqueda de una terapéutica.

Tendríamos que recurrir al psicoanálisis aplicado y acudir a una figura paradigmática del mal, como lo es el Ricardo III de William Shakespeare, quien resentido por su deformidad, se carga de envidia, la cual hace al invierno de su descontento y lo lleva a actuaciones egosintónicas, con el fin de aplacar esta primitiva emoción, con la pretensión de dañar el bien codiciado en los otros, fuentes de su malestar.

Egodistonía, malestar con sus fenómenos psíquicos, que posiblemente no encontraríamos, si ese rey como nos consultara como analizante posible e hipotético, salvo en el momento en que lo consume el insomnio, antes de la batalla final, cuando sí está atormentado por los fantasmas de sus víctimas, a la manera de Lady Macbeth y emerge lo distónico en él.

Con horror y piedad, como los espectadores de la tragedia griega, enfrente el algunas entrevistas la de un joven colombiano, a quien atendí remitido de una clínica para adictos, donde estaba internado, cuando yo aún vivía en nuestro país: era un muchacho de escasos dieciocho años, quien había sido lanzado a la calle, por una familia cruel, que lo desatendiera tras la muerte de sus padres y ante una rebeldía de desgaste, en la que se había metido con los nuevos parientes, de tal suerte que del campo emigraría a la ciudad para convertirse en un niño de la calle. Al despuntar la adolescencia, fue acogido por una banda de autodefensas, para enrolarlo en su organización paramilitar, donde sería entrenado para el descuartizar a otros seres humanos, que no pensaran como ellos, con una motosierra. Ahora el chico, no cesaba de ver los miembros amputados de sus víctimas que veía volar por el aire, en una horripilante visión en un sujeto que no conocía de nada la obra shakespeariana. En las entrevistas, me mantenía con el corazón en la mano, las que se constituían en una horrorosa experiencia de espanto y miedo, pero en las que no me atrevía a juzgar a aquel joven, casi apenas un crío, al preguntarme que grados de libertad había en ese ejercicio de la crueldad, sin ignorar que el muchacho se había constituido en un transgresor violento de la ley, en un universo donde atropellos de este tipo se hacen parte del escenario nacional.

Además los psicoanalistas tenemos que enfrentarnos, con demasiada frecuencia con la huellas del mal, a través de las víctimas, tanto de la violencia individual, como de la violencia política y social, como bien nos lo han demostrado Janine Puget y René Käes, de ahí que estemos en todo nuestro derecho a ser convocados a un trabajo interdisciplinario sobre el asunto del mal, por radical que éste sea.

Para hablar acerca de este tema, tendríamos que recurrir al uso común del adjetivo malo, el cual se refiere a todo aquello que ocasiona efectos dañinos a otros, en diferentes grados, que podrían ir de faltas leves o veniales, a graves, mortales para los cristianos y de lesa humanidad para los defensores de los Derechos Humanos, según el alcance que tengan.

Bien sabemos que los códigos penales contemplan los grados de la maldad que hay en faltas de esta naturaleza, pero no sólo desde criterios cuantitativos sino cualitativos.

De ahí que no sea igual un asesinato, cometido en el ámbito de lo individual, condenable de todas maneras, a un genocidio y otros crímenes de lesa humanidad, planeados de una forma tecnificada, sistemática y masiva, muchas veces excusados bajo la consigna del monopolio de la violencia por el Estado o de sus aliados los paramilitares, convalidadados por una ética y una política estatales, ya que no es lo mismo matar desde el Poder que otorga una legalidad, que merecería todo un cuestionamiento en la línea de una crítica de la Razón práctica, como aquello que Immanuel Kant instituyó como el mal radical.

Ello nos enfrenta con el relativismo que trata de instaurarse en el campo de la ética, con base en determinantes culturales o históricas, bajo el presupuesto que lo que es malo para algunas comunidades puede ser neutral o incluso bueno para otras, lo cual choca con la búsqueda afanosa y perentoria de imperativos categóricos y valoraciones universales, en un contexto mundial que nos acosa y cuestiona con esos fenómenos violentos, ejecutados por hombres que más parecieran brotar del Estado de Naturaleza hobbesiano, en tanto y en cuanto, continúan siendo lobos para el hombre, amparados por la ratificación del hecho de que la Ley del Monarca ha de ser tan cruel, como sea posible para atemorizar a aquellos que la transgredan, de tal manera que puestos en la picota, sirvan de escarnio al resto de la población, donde ha de quedar inscrito el terror a la transgresión para hacer con ello individuos y masas más dóciles, como ha sucedido en el transcurso de la genealogía de la moral, como bien nos lo mostrara un Nietzsche, que Foucault ampliara, con su mirada, no sólo filosófica sino histórica, en textos tan importantes como el de Vigilar y castigar.

Pero para el estudio del mal, no bastaría quedarnos en un análisis de lo adjetivado sino que habríamos de ir al substantivo mismo, para enfrentar el concepto del mal, término que tiene toda una resonancia teológica, así lo que pretendamos hacer sea una ontología, de un problema que resulta ser de difícil abordaje para los científicos, ya que el asunto requiere de una semántica especial y distinta.

Rogelio Rimoldi considera que para la reflexión psicoanalítica, los seguidores de Freud debemos tener en mente no sólo los casos de genocidio y crímenes de lesa humanidad, del tipo de lo ocurrido en Auschwitz sino todas aquellas conductas que dañan, material o simbólicamente a un semejante.

Para ello, nos remite a Paul Ricœur, quien nos muestra que incluimos en un mismo término, fenómenos muy diversos como los de:

Mal moral, del lado del pecado o de la comisión de faltas contra otro, de parte de un agente dañino contra su semejante, al que hace sufrir sin piedad.

Sufrimiento, padecimiento, enfermedad, del lado de la víctima, cuya causa principal suele ser la violencia ejercida por el otro.

Son fenómenos que se oponen al ideal de solidaridad.

Nos inquieta también el tema de la motivación de estas conductas, las cuales tienen efectos deletéreos sobre los demás.

Para Umberto Eco, la dimensión ética comienza cuando entran en juego los otros, ya que leyes morales o jurídicas intentan regular siempre las relaciones entre los sujetos, incluyendo las relaciones con el Amo o con el Poder establecido.

Los males radicales serían aquellos que exceden los marcos permitidos, que se ubican más allá de lo previsible, de lo comprensible, de lo respresentable, de lo nombrable, de lo pensable, a la manera de lo que se hizo en los campos de concentración nazis, cuya existencia rompió para siempre la tradición, de tal forma que la cultura, después de Auschwitz, ya no ha de ser jamás la misma.

Para hacer un aporte psicoanalítico, al problema de intentar explicar o comprender el mal habría que preguntarse por el origen y el desarrollo de las categorías de bueno y malo en el interior del sujeto humano.

El mal tiene un estatus teórico para que el psicoanalista piense y trabaje y así poder acceder a sus múltiples determinaciones tanto en el sujeto individual como en el colectivo social.

Para Freud, en el principio estaría el principio del placer y del dolor, de tal forma que, para el bebé, malo sería todo aquello que atente contra la satisfacción pulsional, contra el yo del placer absoluto, ya que malo sería todo lo frustrante, todo lo algógeno, todo lo generador de dolor, por lo cual se lo considera ajeno al yo del sujeto y suele proyectarse en el mundo exterior, ya que ese yo del placer absoluto se representa a sí mismo como sede de toda la bondad, mientras lo malo estaría en lo ajeno, en los otros, como, tan bien, lo plantearan los personajes sartreanos de A puerta cerrada.

Un aspecto de la teoría freudiana que Melanie Klein retomaría para postular su tesis de la posición esquizoparanoide y los modos narcisistas de relación de objeto, que dan lugar a fenómenos psicopatológicos, en los que prevalece el mecanismo de la proyección, como el pensamiento autorreferencial o las ideas de perjuicio, ocasionados por la intervención de objetos malos colocados en la realidad exterior.

Aunque no es en esa época primigenia del bebé cuando se constituye una ética propiamente dicha, la cual viene consolidarse mucho después.

Para Sigmund Freud, esas categorías vendrían a establecerse de una manera definitiva tras el enterramiento o la represión del complejo de Edipo, con el establecimiento del ideal del yo y del superyó más maduro, que dan cuenta no sólo la internalización de la normas principales de la prohibición del incesto y de la muerte del semejante, sino de todos aquellos valores que se dan en el medio cultural, en el que el sujeto crece y se desarrolla, las cuales hacen parte de los bienes deseables y los males indeseables para el conjunto social.

La represión primaria introduciría la escisión fundamental del sujeto, con la transmutación de afectos, la cual hace que lo que sea bueno para el sistema inconsciente, la sede pulsional, pase a ser malo para el preconsciente, donde están inscritos los valores culturales, de tal forma que lo malo vendría a hacer emergencia allí donde fallan los mecanismos psíquicos destinados a su dominio y su control, como efecto de una contención agrietada o la constitución imperfecta del superyó, las cuales posibilitarían las actuaciones transgresoras, sean estas sexuales y/o agresivas.

La postulación de la pulsión de muerte y de la segunda tópica, la referida al ello, el yo y el superyó permitirían a Freud pensar el malestar en la cultura, dado el sacrificio pulsional, ese que impone la convivencia con otros seres humanos, a los que consideramos como nuestros semejantes, como los otros del vínculo social, que demandan la consolidación de una dupla conformada por mecanismos de represión y sublimación, los cuales impedirían la realización del incesto, del parricidio y el fratricidio, en concordancia con ese supuesto pacto que hicieran los hombres de la horda primitiva, tras el asesinato del padre primordial, tan ligado con el sentimiento de culpa.

Podríamos pensar, en términos kleinianos, al infans o al sujeto fijado en una psicopatología de la posición esquizoparanoide como participes de una mirada maniquea y/o paranoica del mundo, anterior a la posición depresiva, en la que los sujetos no son tan ideales, ni absolutamente buenos, ni absolutamente malos, ni tan perseguidores ni tan satánicos, aunque bien sabemos que el concepto de posición en Melanie Klein, no se considera una etapa, sino un estado al que se es posible volver siempre, en momentos de crisis individual o social, que es cuando pueden aparecer ya sea singulares patologías o ideologías fanáticas y sectarias, de cualquier tipo, en el ámbito social, que llevan a actuaciones severas como las cazas de brujas y a la constitución de chivos expiatorios dentro de un grupo.

El pasaje a la posición depresiva, bien nos lo aclara Roger Money-Kirley, vendría a ser el productor de la constitución de ética sana, en la que se tiene en cuenta la preocupación por el objeto, la responsabilización por la propia agresión y los eventuales daños que se hagan con ella, al tener en mente la importancia del semejante para la propia supervivencia.

Y es ahí cuando la envidia y el odio pasan a ser considerados como emociones malas, mientras el amor y la gratitud vendrían a hacer parte de los buenos sentimientos, cuando se comprende que el destino del Yo está intrincado con el de los objetos y que el dañarlos, finalmente, viene a ser una forma de dañarse a uno mismo, de tal forma que la lesión del objeto trae como consecuencia la emergencia del sentimiento de culpa, que hace al sujeto punible, sancionable y condenable a alguna forma de expiación o alguna forma de reparación.

De San Agustín a Rousseau se dan tesis contrapuestas en torno al origen del mal en el género humano; para el obispo de Hipona, desde una línea bíblica, el sujeto viene al mundo marcado por el pecado original; en cambio, para el ginebrino, éste nace bueno y la sociedad lo corrompe, lo cual nos pondría en un dilema severo, mayor aún frente a ese otro que nos plantea la obra freudiana de acuerdo a sus dos ubicaciones de la enfermedad, como una forma de mal, que en un principio, cuando aún Freud creía a su neurótica, pensaba que estos malestares provenían del medio externo, a través de situaciones traumáticas, propiciadas por los otros hasta cuando el padre del psicoanálisis, quien no se había planteado el problemas de la realität, se replanteara el asunto para pasar de la teoría del trauma a la del fantasma.

Rimoldi opta por concebir la fenomenología del mal como producto de una forma destructiva de narcisismo en la relación con el otro, ya sea el otro de la realidad material y efectiva, u el otro que habita en el mundo interno, como objeto internalizado, en un ataque que puede conducir a la desobjetivación de ese otro, el cual deja de ser considerado como persona, para ser reificado, cosificado y privado del derecho de gozar de su capacidad de disponer de su vida, de su cuerpo, de su sexualidad o de sus bienes, dada la voluntad narcisista de aniquilación del semejante, que es lo que hace a la violencia humana.

Melanie Klein intentará comprender esa maldad originada en el narcisismo desde esa originaria emoción que es la envidia primaria; Lacan con su concepto de goce o de un superyó cocido con ingredientes, provenientes, de Kant y Sade ; André Green lo hará desde su concepción de lo negativo.

Sin embargo el mal radical no pareciera ser un concepto muy pertinente para la metapsicología freudiana, así pudiera Freud pudiera haber tenido una aproximación a él, al postular el concepto de pulsión de muerte, la cual, bien sabemos, que se intrinca con la pulsión de vida para constituir la agresividad, en una fusión pulsional dispuesta a instrumentar al sujeto en su lucha por la existencia, ya que el mal más puro estaría determinado por la desintrincación pulsional.

Aunque la noción de mal no debería tener un lugar en la técnica psicoanalítica, donde la regla de abstinencia exige neutralidad ética al analista, quien debe limitarse a guiar el proceso, a conducir la cura en el campo dialéctico de la transferencia y la contratransferencia, las cuales deben manejarse aún en aquellos analizantes con una gran tendencia a la actuación y la transgresión, quienes presionan al analista a constituirse en jueces reprobadores u aprobantes de su conducta.

Lo único relativamente malo en los procesos psicoanalíticos es aquello del orden de la resistencia, esa que se opone a la toma de conciencia, sea de parte del analizante o del analista, de tal suerte, que lo único que originaría un cuestionamiento ético sería la violación de la regla de abstinencia, en tanto que se constituiría en uno de los mayores fenómenos resistenciales para conocer la verdad del inconsciente.

De la agresión y del odio, como expresiones defensivas o como reacciones ante la frustración, en tanto respuestas psíquicas ligadas con las pulsiones de autoconservación, podríamos decir con Konrad Lorenz, que son pretendidos males pero con la introducción, en el pensamiento freudiano, del concepto de pulsión de muerte, se piensa que hay en el psiquismo, una fuerza primaria destructiva, una detrudo, que lleva a una especie de entropía mental, que amenaza la integridad del sujeto y sus vínculos con los objetos; por ello, se habla de una fuerza que opera más allá del principio del placer, que se manifiesta de una manera ominosa, a través de la compulsión repetitiva, la cual toma, bajo Melanie Klein y sus discípulos , la forma de envidia, que aparece y reaparece en la clínica de la repetición, la alucinación y las reacciones terapéuticas negativas.

Klein parte del amor y el odio como expresiones de las pulsiones de vida y muerte, con toda una gama de emociones dentro de las que tiene un lugar privilegiado la envidia, concepto que introdujo formalmente en 1957, la cual define como un sentimiento profundamente hostil hacia el objeto, en función de su bondad; de esa manera podríamos definirla con el Catecismo Astete como pesar por el bien ajeno.

Para Klein, la envidia sería innata y congénita, como el agustiniano pecado original y ocasiona trastornos en el desarrollo del sujeto, de tal manera que esta psicoanalista se alejaría del Rousseau, que dice que el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe; la cual tendría que ser menguada por el amor y la gratitud.

Bien sabemos que, para el catolicismo, el antídoto de la envidia es la caridad, recordemos que San Pablo decía a los corintios: La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. (1 Co 13, 4-8).

Los mormones resaltan que es el amor puro de Cristo y permanece para siempre.

De ahí que quien no esté en condiciones de apaciguar dicha envidia innata con el amor tendrá una tendencia a la ejecución del mal, a la manera del Ricardo III que expone los motivos de su desgracia:

Ahora el invierno de nuestro descontento se vuelve verano con este sol de York y todas las nubes que se encapotaban sobre nuestra casa están sepultadas en el hondo seno del océano. Ahora nuestras frentes están ceñidas por guirnaldas victoriosas; nuestras melladas armas, colgadas en trofeos; nuestras amenazadoras llamadas a las armas se han cambiado en alegres reuniones, nuestras temibles músicas de marcha, en danzas deliciosas. La guerra de hosco ceño ha alisado su arrugada frente y ahora, en vez de cabalgar corceles armados para amedrentar las almas de los miedosos adversarios, hace ágiles cabriolas en el cuarto de una dama a la lasciva invitación de un laúd. Pero yo, que no estoy formado de bromas juguetonas, ni hecho para cortejar a un amoroso espejo; yo, que estoy toscamente acuñado y carezco de la majestad del amor para pavonearme ante una lasciva ninfa que se contonea; yo, que estoy privado de la hermosa proporción, despojado con trampas de la buena presencia por la Naturaleza alevosa; deforme, inacabado, enviado antes de tiempo a este mundo que alienta; escasamente hecho a medias, y aun eso, tan tullido y desfigurado que los perros me ladran cuando me paro ante ellos; yo, entonces, en este tiempo de paz, débil y aflautado, no tengo placer con que matar el tiempo, si no es observar mi sombra al sol y entonar variaciones sobre mi propia deformidad. Y por tanto, puesto que no puedo mostrarme amante, para entretenerme en estos días bien hablados, estoy decidido a mostrarme un canalla, y a odiar los ociosos placeres de estos días.

W.R. Bion sobre esta base teórica postula que las grandes pasiones del ser humano son el amor, el odio y el conocimiento, love, hate y knowledge, de tal suerte que lo que hace la envidia es atacar los vínculos, vaciar de contenidos emocionales las relaciones del sujeto con sus objetos internos y externos, atacar la realidad y la verdad.

Donald Meltzer plantea el mal desde otra perspectiva al trabajar el tema de las perversiones y la perversidad cuando nos habla del outsider, ese forastero portador de la maldad, de la emulación envidiosa de los padres en coito en su mundo interno, desde el ángulo en que se ubica su ojo de mirón ,cargado de odio frente al amor, como lo estaría el de Ricardo III, carente de la majestad del amor para pavonearse ante esa lasciva ninfa que muestra sus contornos, su madre misma y así devenir en un Luzbel convertido en Lucifer, como el ángel caído de John Milton, que clama Mal, se tú mi Bien, en este pasaje de El paraíso perdido:

Así excluida pues,
toda esperanza, en vez de meditar
en nosotros, proscritos y exiliados,
contemplemos al hombre recién creado,
en el que se deleita y para quien
ha formado este Mundo. ¡Adiós entonces,
esperanza, y con ella, adiós temor,
y adiós remordimiento! Todo bien
Para mí se ha perdido; mal, sé tú
mi bien; al menos por ti compartiré
el dividido imperio con el Rey
de los Cielos, y en más de la mitad
quizás reinar consiga; como pronto
sabrán el hombre y este mundo nuevo.
Mientras hablaba así, cada arrebato
de pasión ofuscaba su semblante,
triplemente alterado por la ira,
la envidia y por la desesperación,
que su fingida faz desfiguraba,
delatándole como un impostor,
en caso de que alguien le observara.
Pues los espíritus celestes siempre
Se hallan libres de tales destemplanzas...

Los recursos del envidioso serán entonces la seducción, comprometedora en pactos corruptos, con la promesa de una especie de protección mafiosa, contra el sufrimiento y el dolor mental, un poco a la manera de la que hacen el astuto zorro, el gato y el avieso Stromboli a Pinocho, en lo que sería un claro ataque al alma infantil, a la humanidad de los niños, al ofrecerles un mundo de placer absoluto, que termina por convertirlos en burros.

Es claro, el odio de Stromboli a los niños, a esos bebés que quisiera atacar y matar en el interior del cuerpo de su madre, como aquel niño ciego, cargado de envidia hacia los videntes, que me decía en sesión:

Quiero acabar hasta con el nido de la perra.

Así estos personajes instalan un sistema de tiranía y sumisión.

Y en el caso de Pinocho, sin que el buenazo de Pepito Grillo pudiera hacer nada para proteger al pequeño títere seducido por la fama y el placer de no tener que ir a la escuela, camino de su humanización.

http://www.youtube.com/watch?v=xvYWu1ZQ1N0&feature=related

Lo que el perverso procura es constituirse en un Amo absoluto que tiende a anular la subjetividad del otro y disponer de él para su explotación, la violación de su cuerpo y de sus derechos o la destrucción absoluta, desde una canallesca posición, que opera tanto en el plano intersubjetivo como en el transubjetivo, en los sistemas totalitarios, generadores de terrorismos de Estado.

Los aviesos del zorro, el gato y Stromboli destruyen a ese primordio de superyó maduro y realista que es Pepe Grillo, para constituirse en amos sádicos dispuestos a explotar las bondades del muñeco de madera, para conducirlo a una tierra de Jauja, más allá del principio del placer, un verdadero infierno en medio del jardín de las delicias, donde más que humanizarse, habría de convertirse en un auténtico burro, en un proceso de reificación.

Otro psicoanalista, André Green retomaría el vínculo entre el narcisismo y la pulsión de muerte, en lo que él llamaría la clínica de la negatividad, el cual opera a través de la desinvestidura libidinal de los objetos, gracias a la intervención de un narcisismo de muerte, dada la función desobjetivadora de Tánatos, que destruye las características de semejante al otro, lo que lo lleva a plantearse dos formas de relación del sujeto con el mal.

Entonces se refiere al mal moral como producto de la forclusión y la desmentida, las cuales ubican todo el mal en el otro, el cual ha de eliminarse como chivo expiatorio, al ubicarlo como responsable de la maldad, de tal suerte que si se elimina, el efecto sería como acabar con el mal mismo.

Pero habría uno sin explicación, sin un por qué esclarecedor, en un universo que carece de sentido, que no posee orden alguno, que no busca fines, sino solamente el ejercicio de una voluntad de poder, para que el otro devenga sólo en objeto de sus apetencias, más que de sus deseos, puesto que el deseo sería ya algo, de suyo, mucho más civilizado y humano, menos bestial, al no aludir precisamente a esta fuerza bruta que trata de imponerse al otro.

Es por ello que Primo Levi escribiera: Auschwitz no debe ser comprendido; comprenderlo sería justificarlo, en tanto y en cuanto, ello sería relativizarlo y banalizarlo, con argumentos históricos, sociológicos, políticos o psicológicos. Sin embargo, Rimoldi retoma al Eduardo Grüner que señala que tendríamos que ver que parte de nuestro propio pensamiento, de nuestra Razón moderna hace tan posible la muerte de Dios como la existencia de Auschwitz.

Para hacerlo habría que pensar que el problema del mal está ligado al concepto de libertad, aunque esté fuertemente determinado por los mundos interno y cultural, al que el psicoanálisis podría brindar una terapéutica si se conocen las motivaciones inconscientes que restringen nuestros grados de libertad y responsabilidad.

cultural.argenpress.info/2010/06/el-problema-del-mal-en-psicoanalisis.html

lunes, 17 de mayo de 2010

Cali El ‘bullying’ va al colegio





La intimidación escolar es una asignatura más para superar en los colegios hoy. Problema mundial.
Niños que son objeto de burla porque son amanerados. Otros que son rechazados por ser muy inteligentes. Otros porque no son los más hábiles en la cancha. Niñas cuya honra es degradada en internet por no aceptar a cierto chico. Ser gordo o flaco, tímido o muy popular, feo o bonito puede ser usado en contra por otro u otros compañeros, en lo que los psicólogos llaman intimidación escolar o ‘bullying’. Este en un fenómeno mundial creciente, que ya se siente en número y en severidad al interior de los colegios de Cali y del Valle. Melisa* fue víctima de agresión continuada de sus pares desde los 9 años, en tercer grado en un colegio privado del sur de Cali. “Como la niña era alérgica, el primer síntoma fue ser apodada ‘la mocosa’”, recuerda Liliana, su mamá. Esta administradora de empresas relata que todo el salón comenzó a mirarla con asco y repulsión y que los niños que ingresaban al colegio jugaban con ella los primeros ocho días, pero después no. “La niña es muy extrovertida, pero comenzó a relegarse, en teatro o en música hacía el papel más sencillo para no notarse y de muchos eventos se marginó, por temor a que se burlaran de ella”, dice. A la madre aún le duele que la psicóloga hizo “un papel mediocre”, se limitó a “llamarles la atención” a los niños y ni siquiera consideró cambiar a Melissa de salón. “En cuarto año todo empeoró. Las niñas la criticaban por todo, por su ropa, le decían que su lonchera era ‘asquerosa’ por llevar arepa, huevo, fruta y jugo natural y no mecato o sánduches”. A raíz de ello, Melissa comenzó a no comer. Si al almuerzo servían pescado, que a ella le gusta, le decían: “qué asco” y, para sentirse aceptada, ella decía lo mismo. “Aún así salía a los descansos sola, ninguna niña quería ser su amiga y sobresalía en el estudio, pero con ese sentimiento de ser rechazada”. Al pasar a quinto, Liliana exigió acciones como condición para no cambiarla de colegio. Una nueva psicóloga se comprometió a superar la situación. “Y mi propia hija me dijo: ‘Mamá, yo no quiero que me saque del colegio porque así van a quedar felices de que lograron lo que querían; además, quiero ganarme la medalla’”. “La niña que lideraba el ‘bullying’ contra Melissa le decía que jamás iba a conseguir novio porque era muy fea, que su pelo era horrible. Un día que se cayó, se burló de ella delante de todos y el grupo la ridiculizó también. Yo exigí hablar con los papás, no me lo permitieron, pero la psicóloga sí hizo sesiones con ellos, con las dos niñas y por separado”, recuerda la madre. La niña cambió de actitud y a Melissa una psicóloga particular le ayudó a recuperar su autoestima. “Pero mi hija ya estaba marcada y cuando ganó la medalla de conocimiento académico de primaria, sí aceptó que la cambiara. Ahora está en un colegio semiprivado y la veo feliz”. ¿Qué es? “La intimidación escolar son diversas formas de maltrato y violencia intencional y continuada, sea verbal, física, sexual o relacional o por medios electrónicos –la más usada hoy– que niños o adolescentes profieren a otros”, dice la psicóloga María Clara Cuevas, profesora del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Javeriana de Cali. La investigadora estudia el fenómeno en el Valle desde el 2002 y destaca que el agresor tiene mayor poder físico, social (popularidad) o en edad y que estas conductas se hacen con la única intención de “someter, humillar, amenazar, asustar, excluir, discriminar, ridiculizar al otro y atentan contra la dignidad del victimizado”. Y el agredido calla y padece porque entre los chicos también opera la ley del silencio por temor a una mayor intimidación y a ser tachado de ‘sapo’. Hay quienes creen que se cayó en el extremo de que desde el más leve empujón o rayón en un cuaderno es catalogado como ‘bullying’. Pero entre jóvenes todo es motivo para molestar al otro. El chico cuyo aspecto físico denota una tendencia gay o la niña sometida a burlas por internet por ser extranjera. Un caso frecuente es el del alumno sujeto de desprecio porque es aplicado. “Es el que dice: si estudio gano el año, pero me quedo sin amigos”, explica la psicóloga Gloria Hurtado, quien ha detectado que el ‘bullying’ contra las niñas ataca su honra y su sexualidad, difundiendo por internet calificativos destructivos para una adolescente. Es que la forma de agresión psicológica más común entre las menores se presenta en la transición de la niñez a la pubertad. La más popular organiza el grupo para aislar a otra y no dejar que se relacionen con ella. Entre los varones son el juego brusco y la amenaza, equivalente a retarlos a ser el más fuerte. Su punto débil es por su aspecto y fortaleza físicas. Los casos extremos no están al otro lado del mundo. Como el niño de un colegio de Cali que intentó suicidarse porque no soportaba las burlas de sus compañeros por su amaneramiento. Con este panorama, los especialistas consideran que el ‘bullying’ no es un problema que atañe sólo a los papás, los profesores o los estudiantes, sino un problema de ciudad en todo el mundo, incluido Canadá, el país con mejor calidad de vida. Por ello es una preocupación de la sociedad, materia de investigación y otra asignatura más que los involucrados deben ganar. * Nombres cambiados para proteger la identidad de la niña. Estudios
  • El 35% de los estudiantes de Jamundí, Pradera, Candelaria y Sevilla han sido objeto de alguna forma de intimidación escolar por sus compañeros.

  • En Cali, en el 2009 la problemática afectó por igual a todo tipo de instituciones educativas, registrándose hasta quince casos en colegios privados y tres en los públicos, según la Policía Metropolitana.

  • Luego de los programas de sensibilización que adelantó la Policía Metropolitana en colegios de Cali, en el segundo semestre del 2009, los casos de ‘bullying’ disminuyeron en un 70%, dice la mayor Ana Lucía Tovar, ex coordinadora del Programa de Apadrinamiento de la Policía Metropolitana de Cali para la educación en el 2009.

    Hacer daño

  • La intimidación escolar es un problema multifactorial, en el que influyen el temperamento del niño, la crianza, el entorno familiar, el ambiente escolar y el contexto social donde crece. Se infringe para causar malestar o daño, dolor, sufrimiento o incomodidad:

  • Agresión física: el puño, la patada, la zancadilla, quitarle la lonchera o el dinero para las onces, el pupitre o dañárselo; robar o esconder los objetos de uso personal como el celular o romper los cuadernos o manchar los trabajos o las tareas del victimizado.

  • Social o relacional: es excluir, dejar de lado, ignorar al otro, hacer que “no se junten con ese niño”. Una forma camuflada son las exclusiones por la personalidad. El que no es tan socialmente hábil o de ritmo más lento para aprender es rechazado hasta de los trabajos en grupo porque creen que con él van a sacar mala nota.

  • Otras formas de rechazo son expandir rumores o chismes, sobre todo por las redes sociales de internet, la modalidad que más ha cobrado fuerza últimamente.

  • Verbal: el insulto, la burla, la carcajada, el apodo que hiere, la palabra soez.

  • Sexual: alusión despectiva a una conducta sexual, género o identidad sexual.

  • ‘Ciberbullying’: utilización de todas las tecnologías de hoy, desde celulares hasta Ipods, para expandir por las redes sociales rumores, chismes y hasta las filmaciones de las intimidaciones. Mejor prevenir que castigar/b> Cuando El País llamó al Colegio Bennett para conocer su programa de prevención acerca del ‘bullying’, en él estaban realizando la campaña pedagógica ‘Stop bullyng now’. Así, los alumnos más grandes que han estado en el proyecto de capacitación y sensibilización que adelanta el Bennett hace tres años construyen herramientas que exponen a los más pequeños para prevenir esta conducta. Hacen dramatizaciones, dinámicas, talleres y filminutos (grabaciones por celular) en las que exponen la situación y así comienzan a tomar conciencia de que eso no puede pasar en el colegio y que ningún niño puede ser hostilizado por otro y por ningún motivo”, dice Piedad Holguín Santacoloma, directora del departamento de Psicología del Bennett. Las dinámicas también son orientadas a que los niños puedan hablar, avisar, denunciar y pedir ayuda para que los adultos actúen y los eduquen al respecto. El programa tiene continuidad permanente, con seguimiento psicológico y educativo a los más expuestos a ser víctimas del ‘bullying’ y a aquellos que muestran tendencia a hostilizar, para evitar la intimidación antes de que ocurra. La psicóloga Holguín aconseja que para romper la cadena de burlas, discriminaciones, exclusiones, golpes y expresiones denigrantes del ‘ciberbullying’ hay que explicarles a todos los estamentos de la institución educativa la gravedad de las consecuencias para la víctima a nivel de su escolaridad y los trastornos en su desarrollo emocional. Por eso, el plan involucra a todos los estamentos: directivos, profesores, psicólogos, estudiantes, padres de familia, personal de transporte, de mantenimiento y encargado de supervisar los recreos. Otros centros educativos de la capital del Valle del Cauca con experiencias satisfactorias para controlar la problemática han sido el Santa Librada, el Antonio José Camacho, el Inem y el Celmira Bueno, de Chiminangos. Allí se realizaron las ‘Jornadas pedagógicas de la mano con la Policía’. En esas instituciones se hizo sensibilización con toda la comunidad educativa, pero se destaca el compromiso de los rectores, quienes se apersonaron del tema, lo asumieron como propio, se capacitaron para enfrentarlo y lo superaron con excelentes resultados de convivencia. Violencias Los especialistas consultados aceptan que no hay diferencias entre colegios privados y públicos frente al ‘bullying’. “Sólo hubo un nivel superior de violencia física y algún uso de armas en colegios públicos, pero en los privados predominaba la violencia psicológica, pero no necesariamente ocurre así en todos los colegios”, aclara la psicóloga María Clara Cuevas. El fenómeno tiene sus grados de violencia. “No es lo mismo empujar al otro a que lo esperen en el parqueadero cinco compañeros, lo cojan a golpes y lo filmen y envíen los correos a los demás o que pongan a una niña en Facebook denigrando de ella”, dice la psicóloga Cuevas, quien realizó un estudio con dos mil jóvenes de colegios del Valle.
  • www.elpais.com.co/paisonline/calionline/notas/Mayo172010/3intimi.html

    viernes, 5 de marzo de 2010

    LA AMENAZA




    a donde nos lleva la amenaza en nuestras relaciones familiares y laborales y que logramos con ello....veamos que nos dice este psicologo de la habana

    tambien pueden ir a :http://www.youtube.com/watch?v=qs6sHANOeB4

    sábado, 30 de enero de 2010

    TERREMOTO EN HAITI, PSICOLOGOS PREPARADOS PARA EL DESASTRE (2):TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMATICO

    foto:www.laprensa.com.ni/.../28/internacionales/14596

    por:Javier Lopez

    El terremoto de más de 7 grados ocurrido en la hermana república de Haití a dejado tras de sí, la muerte de miles de seres humanos (a la fecha se contabilizan 150.000 personas fallecidas), así como gran cantidad de heridos y mutilados, además de esto cuantiosos daños materiales, la destrucción de viviendas, colegio, centros culturales, religiosos y hasta de organismos estatales.
    Ha sido realmente una catástrofe que ha devastado la ya de por si frágil economía de un país, que había sufrido además en años anteriores el paso de huracanes que produjeron graves inundaciones, que destruyeron la agricultura, con lo cual se convirtió en un país que dependen de la compra de alimentos a otras naciones, no hay que olvidar que también en esas inundaciones muchas personas perdieron sus viviendas y enseres.
    Pero como si estas catástrofes naturales no fueran poco, este país ha sido escenario de disputas políticas que han generado violencia, y muerte, Haití fue por muchos años gobernado por dictadores impuestos por naciones extranjeras, que la saquearon e impusieron modelos económicos que lo único que dejaron fue una nación sumida en la pobreza y la desigualdad, en donde el 80 % de su población vive con menos de un dólar al día, el desempleo superaba, antes del terremoto, el 60 %, el analfabetismo también se encuentra entre los más altos del mundo, 50%, la tasa de mortalidad infantil supera el 70% y la esperanza de vida es de 52 años.
    Algunos medios de comunicación internacional han reconocido la entereza del pueblo que en su mayoría espero con paciencia la llegada de la ayuda internacional, algunas comunidades se han organizado, repartiendo lo poco que tienen, otros con las uñas han logrado el rescate de personas de las edificaciones derrumbadas, limpiando las calles de escombros y ejerciendo vigilancia para evitar actos de violencia contra las mujeres, ancianos y niños, desgraciadamente así mismo no han sido pocos los hechos de violencia y saqueo.
    Frente a todas estas circunstancias el canal de televisión internacional CNN, informaba en días pasados que se podía observar a algunos ciudadanos que deambulaban por las calles, al parecer con desequilibrios mentales, mientras un residente confirmaba que se veía un aumento en el número de personas con este tipo de trastornos.
    La verdad es que el pueblo haitiano ha tenido que afrontar durante años difíciles situaciones ya aquí mencionadas, que parecieran llegar a su punto máximo con el terremoto, es aquí donde llegamos a nuestro tema central, el:
    TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMATICO
    Este es un trastorno psicológico, denominado por sus siglas TEPT, clasificado dentro del grupo de los trastornos de ansiedad que se da como consecuencia por la exposición de las personas o persona a algún tipo de evento traumático que generan daños físicos, es una reacción emocional a un trauma psicológico extremo, el factor estresante puede involucrar la muerte de personas, amenaza a la vida de pacientes, graves daños físicos, o cualquier otro tipo de amenazas a la integridad física o psicológica, a un grado tal que las defensas mentales de las personas no pueden asimilarlo, en algunas ocasiones, este estrés postraumático puede darse por un trauma emocional y no necesariamente algún daño físico , aunque por lo general involucra a ambos factores combinados.
    El TEPT puede o no desarrollarse en una persona que ha estado expuesta a un acontecimiento traumático dependiendo de factores o predisposiciones individuales ( vulnerabilidad) y de la naturaleza del evento traumático , a mas traumático el hecho acaecido , mayor es la probabilidad que se origine, y a menos vulnerabilidad individual previa menos probabilidad de que se genere.
    Las personas con este tipo de vivencias suelen sentirse culpables si sobrevivieron a una situación en que otros murieron, la madre que se salvo pero no pudo sacar a su hijo, estas personas evitan hablar del hecho, incluso el hablarlo puede llevar a conflictos, en algunos casos graves se dan alucinaciones auditiva (escucha al hijo pedirle que le ayude) y paranoias.
    Cuando el suceso es de carácter interpersonal como abusos sexuales, pueden aparecer comportamientos autodestructivos, quejas físicas (dolores), sentimientos de vergüenza, comúnmente suele decirse, “aquella persona es incapaz de superar el trauma".
    Algunos de los factores que contribuyen al desarrollo estarían:
    La duración del evento
    La extensión en que el evento puede afectar la vida intima, a si como personal de quien se ve afectado.
    El grado de vulnerabilidad ante la maldad humana, esto en casos donde los eventos son provocados por la intervención humana y no por un evento de carácter natural.
    La prevalencia del TEPT tiene una relación directa con el grado de exposición a eventos estresantes traumáticos, en el caso concreto de Haití, en donde tenemos como hecho reciente el terremoto, sin pasar por alto los huracanes que afectaron al país en años anteriores, pero además sumado a ello la acción directa del hombre con la violencia política que ha sido permanente en la historia del país, en todas estas condiciones las personas pertenecientes a grupos afectados pueden presentar TEPT en porcentajes no inferiores al 20 %.
    Para la realización del diagnostico del trastorno de estrés postraumático, se tiene como base los criterios expuestos en la cuarta edición del MANUAL DIAGNOSTICO Y ESTADISTICO DE LOS TRASTORNOS MENTALES, DSM-IV-TR (Asociación Americana de Psiquiatría), entre estos tenemos:
    La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que se ha presentado lo siguiente:
    1. la persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno o más acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás
    2. la persona ha respondido con temor, desesperanza u horror intensos. En los niños estas respuestas pueden expresarse mediante comportamientos desestructurados o agitados
    2. El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a través de una o más de las siguientes formas:
    1. recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones. En los niños pequeños esto puede expresarse en juegos repetitivos donde aparecen temas o aspectos característicos del trauma
    2. sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento. En los niños puede haber sueños terroríficos de contenido irreconocible
    3. el individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo. Se incluyen la sensación de revivir la experiencia, ilusiones, alucinaciones y flashbacks. Los niños pequeños pueden reescenificar el acontecimiento traumático específico
    4. malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático
    5. respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático
    3. Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la reactividad general del individuo, tal y como indican tres o más de los siguientes síntomas:
    1. esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático
    2. esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma
    3. incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma
    4. reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas
    5. sensación de desapego o enajenación frente a los demás
    6. restricción de la vida afectiva
    7. sensación de un futuro desolador, pesimismo
    4. Síntomas persistentes de aumento de la activación, tal y como indican dos o más de los siguientes síntomas:
    1. insomnio de conciliación o de mantenimiento
    2. irritabilidad
    3. dificultades para concentrarse
    4. hipervigilancia
    5. sobresaltos
    El tiempo mínimo de evolución de los síntomas de es un mes. Las alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. El trastorno es agudo si los síntomas persisten menos de tres meses. Su prolongación hará que se considere crónico. En los casos en los cuales los síntomas se inician después de seis meses de padecido el evento traumático, se considerará de inicio demorado.
    Objetivos concretos del tratamiento del TEPT
    Dirigidos específicamente a:
    Disminuir los síntomas.
    Prevenir complicaciones crónicas.
    Rehabilitación social y ocupacional.
    El tratamiento incluye diversas modalidades psicoterapéuticas individuales, entre las cuales podemos destacar la cognitivo-comportamental; también son de gran utilidad las terapias de grupo y de familia, y los grupos de autoayuda.
    El manejo farmacológico dependerá de los síntomas predominantes. Entre los medicamentos utilizados se cuentan los antidepresivos, ansiolíticos y estabilizadores del ánimo, entre otros. En algunas oportunidades pueden utilizarse los antipsicóticos atípicos.
    Los tratamientos empíricamente avalados por el DSM IV (APA) en la categoría de bien establecidos son los siguientes:
    1: Tratamiento de exposición.
    2: Entrenamiento en inoculación del estrés.
    3: Desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares
    NICE (National Institute for Clinical Excelence, 2005) confirma los anteriores y añade:
    4: Terapia cognitiva centrada en el trauma.
    Como se puede observar al trabajo de llevar comida, agua, atención medica, medicinas, así como la reconstrucción de edificaciones, se debe sumar el trabajo psicológico con los afectados, logrando con ello una mejor salud mental tan importante como la salud física, para el futuro porvenir de este martirizado, pero valiente pueblo hermano.
    bibliografia consultada: www.wikipedia.orghref="http:// www.wikipedia.org">

    sábado, 23 de enero de 2010

    TERREMOTO EN HAITI: PSICOLOGOS PREPARADOS ANTE EL DESASTRE




    introduccion: locosporlapsicologia

    Publicamos de nuevo el presente articulo, que cobra especial vigencia, con el terremoto de 7 grados ocurrido en haiti, la nacion mas pobre del continente, que ademas se a visto azotada por huracanes que han destruido sus cultivos, a estos desastres naturales se suman las acciones cometidas por los hombres, deforestaciones y las incidencias politicas,el pueblo haitiano a sido gobernado por una pequeña elite depredadora que condena al 80% de la poblacion a la miseria.
    recientemente se informaba atraves de un medio de comunicacion internacional, el incremento de personas con desordenes mentales que deambulan por las calles de puerto principe, luego de perder a seres queridos, y pertenencias, aunque hay que reconocer y asi lo han dicho los medios de comunicacion, que este martirizado pueblo, luego de experiencias tan duras a sabido afrontar con mucha entereza esta nueva catastrofe, lo que no es obise para entender que muchas personas no tengan la capacidad y entereza de otros y se vena afectados ademas de su salud fisica en su salud mental, por ello ademas de refugio, comida, atencion medica para curar sus heridas, los haitianos requieren de atencion profesional en salud mental, para evitar asi, un aumento en la incidencia de desordenes mentales que puedan traer mas problemas a la nacion antillana.
    retomenos este articulo publicado en la prensa boliviana que nos ayuda a entender por las situaciones que pasan los seres humanos que han vivido una catastrofe natural.

    Por:Mirna Echave Malle

    En un desastre la gente sufre pérdidas, es desplazada a campos de refugiados o albergues y se siente culpable, impotente, pesimista, y si con el tiempo supera la situación, su condición es muy frágil como para afrontar otro golpe duro. Por ello, tras una gran emergencia, suele haber suicidos, agresividad, irritabilidad, entre otras situaciones
    A María Luz Valencia le dijeron que vieron a un hombre cerca de su casa poco antes de que un incendio devorara sus muebles, ropa, utensilios y todo lo que el fuego halló a su paso. “No falta la envidia”, explicaron ella y su única hija a los psicólogos con los que, hablando, descargaban su rabia, su depresión y todo lo que sentían, no sólo por aquella pérdida, sino también porque un mes después de quedar en la calle, en diciembre de 2007, las inundaciones que azotaron Beni volverían a despojarlas de lo poco que habían recuperado o reconstruido.
    La psicóloga Rosario Rodríguez recuerda con pena aquel caso: “Cuando llegaron las lluvias, creían iba a pasar pronto, pero después de ocho, diez horas, cuando el agua les llegó a la cintura, sacaron lo que pudieron, que era poco, y perdieron casi todas sus cosechas de yuca y plátano. Se refugiaron en un asentamiento sobre la carretera, con sus gallinitas y chanchitos, pero como estaban casi en la misma ruta no recibían alimentos, entonces se vieron obligadas a ir sacrificando a sus mismos animalitos”.
    Ahora que La Niña es un recuerdo. La gente de las tierras bajas se apresta a recibir los desastres de su hermano, El Niño

    Lo que dejó la niña eN 2007

    Las inundaciones que se intensificaron a mediados de diciembre de 2007 afectaron a más de 100.000 familias en el país y cada una vivió un drama diferente. Como María, una abuela de 70 años quien llegó a convertirse en un referente para su familia y para sus vecinos damnificados. La anciana era entusiasta, alegre y no dejó de apoyar a nadie en la crisis. Se la veía en la cocina, daba recomendaciones para no descuidar a los niños y en especial decía qué hacer para sobrellevar la situación.
    Sin embargo, pocos días después tuvo que ser arrancada de uno de los campamentos de Trinidad y llevada a un hospital de Santa Cruz: su diabetes se había complicado por la mala alimentación que tuvo. Rodríguez dice que vio cómo este tipo de casos también influyó en la gente.
    En la crisis del año pasado, la Prefectura de Beni estimó que unas 22.000 personas fueron afectadas, 5.000 eran de Trinidad. En total, 57 municipios fueron declarados, por decreto, zonas de desastre, y otros 33 municipios recibieron la misma calificación a través de resoluciones ministeriales. Hasta abril de 2008, más de 6.000 familias afectadas vivían en campamentos, principalmente en Beni, Santa Cruz y Cochabamba.
    El Gobierno informó que, como consecuencia de aquel desastre natural, 45.200 hectáreas de cultivos de soya se perdieron en el país, más 32.000 hectáreas de maíz y 31.955 de arroz. Murieron alrededor de 1,3 millones de reses, es decir, más del 20 por ciento de los vacunos del país.
    Se estima que el fenómeno climático de La Niña quitó la vida a 55 personas y arrasó con al menos 318 viviendas. En Santa Cruz, 156 inmuebles se colapsaron y 147 sufrieron daños parciales. En Cochabamba, las riadas e inundaciones destruyeron 136 casas en diez municipios y además fueron afectadas parcialmente las estructuras de 237 inmuebles.
    En las ciudades de La Paz y El Alto y la población de Mecapaca se derrumbaron 22 viviendas, mientras que en Sucre cayeron cuatro.
    El Gobierno, con ayuda de agencias internacionales, presta una permanente cooperación a las víctimas, aunque con limitaciones y algunas fallas, como la falta de una distribución igualitaria en todos los refugios. El Ministerio de Hacienda construye viviendas para algunos de los afectados, mientras que las prefecturas trabajan en sistemas de prevención antes de la próxima época de lluvias.
    El Tratamiento psicológico
    Incentivar a que la gente hable de sus problemas y sus sentimientos es una forma de ayudarla a superar la situación. Eso hicieron los cuatro miembros de Psicólogos Sin Fronteras, entre ellos Rodríguez, y otros profesionales de esa rama que se sumaron en Trinidad con 1.627 personas tras las inundaciones provocadas por La Niña en 2007.
    Por primera vez en Bolivia, dicho equipo de psicólogos, apoyados por enfermeras, profesores y otras personas formadas para el trabajo, se encargó de atender las secuelas traumáticas de un desastre. Estos conflictos empeoran cuando no hay soluciones, cuando la ayuda llega lentamente o se repite el desastre, como se prevé que suceda este año. Existen estudios meteorológicos que anuncian la posible llegada de un fenómeno de El Niño, con más inundaciones y sequías.
    También, por primera vez en el país, se aplicó una Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades (EDAN) en Salud Mental y comunitaria, una evaluación global que permite —entre otros aspectos— una mejor administración de los recursos estatales y de cooperación para los afectados.
    En estas situaciones la gente sufre pérdidas, es desplazada a campos de refugiados o albergues y se siente culpable, impotente, pesimista. Si con el tiempo se supera la situación, su condición es muy frágil como para afrontar otro golpe. Por ello, tras una gran emergencia suele haber suicidios, agresividad, automarginación e irritabilidad, entre otras manifestaciones.
    La psicóloga recuerda, el caso de una joven de 22 años de la que no retuvo el nombre pero sí su historia. Ella vivía con sus padres y en la crecida de las aguas trabajó sin cansancio para ayudar a su familia. “Después de que lograron instalarse en una carpa le dio parálisis y los médicos sólo le detectaron tuberculosis. Hablaba, pero no podía caminar, entonces atribuimos su problema a la tensión. Lo que pasa es que tenía un hijito que no estaba con ella. Además, tenía el problema de la casa, la responsabilidad con sus papás y tías, eso la desesperó”.
    Durante la época de crisis, en los campamentos, entre dos y tres familias debían compartir la misma carpa, turnarse para la preparación de comida y tratar de restablecer su cotidianidad en esas condiciones. Según Rodríguez, los psicólogos vieron que algunos afectados se vieron obligados a “tomar agua estancada, sacrificar a sus animales, tenían que prestarse o alquilar botes para ir a hacer sus necesidades tierras adentro, aunque en ocasiones no podían y ensuciaban los alrededores”.
    Según el representante de la Organización Panamericana (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) Cristian Darrás, en el libro Salud Mental y Desastres, Actuación en Crisis, “cuando ocurren emergencias y desastres naturales, los problemas de salud mental y del comportamiento aumentan y requieren de atención en las personas sobrevivientes durante un periodo más o menos prolongado. Esto especialmente cuando los afectados tienen la tarea de reconstruir sus vidas”.
    Los primeros problemas son la falta de agua y alimento, a lo que se suman la carencia de techo y atención en salud. Defensa Civil emitió una alerta porque las aguas de la inundación se contaminaban con animales muertos, las cosas o alimentos que quedaron bajo el agua. A este cuadro se sumaron los síndromes de diarrea y las infecciones respiratorias que aparecían por la constante exposición a la humedad, además de otras enfermedades transportadas por la creciente aparición de mosquitos, como malaria o dengue, entre otras.
    Además, según el documento de las organizaciones de salud, la situación provoca impactos psicosociales, como tristeza sentimiento de pérdida o duelo, ansiedad, enojo, confusión y violencia intrafamiliar, que “no sólo repercuten en las propias personas víctimas de los desastres, sino también en la vida de relación a su alrededor y podrán constituirse en una barrera que entorpecerá las labores de organización y de respuesta de los Centros de Operaciones de Emergencia (COE)”.
    Rodríguez comenta que, tras la llegada de las aguas, Naciones Unidas pidió a su organización, Psicólogos Sin Fronteras Bolivia, iniciar el apoyo psicológico en Trinidad.
    Uno de los representantes internacionales, José María Toribio Sauquillo, dijo que para esta labor se estructuraron equipos de emergencia. Ésta es una estrategia que permite atender mejor los impactos, ya que es necesario que la gente se sienta reconocida. Es necesario, por ejemplo, hablar con un profesor del barrio o un psicólogo que entienda su dialecto, es decir, con alguien de su propia cultura.
    “Cuando pasa algo como el caso de Trinidad, tiene que haber alguien de la zona, porque no puede ser que nosotros, aunque manejamos el lenguaje (castellano), a nivel cultural, a nivel social no entendemos lo que está pasando con la persona”, subraya Toribio.
    El trabajo tuvo que realizarse en las mismas carpas de los damnificados, donde las familias agrupadas contaban sus problemas, lo que vivieron, cómo se sintieron y cómo les afectó. El equipo de apoyo, que fue entrenado una semana, debía identificar a quienes tuvieran problemas más profundos, como conflictos al comunicarse u otros. Así, la terapia iniciaba con esas personas en forma más particular.
    Según Rodríguez hubo varios problemas el año pasado. Por ejemplo, un dirigente comunitario alzó la voz y les dijo a sus vecinos que vivían “un castigo” y que era “inevitable”.
    El debriefing —como se conoce el método de descarga emocional a través del diálogo— fue aplicado en los habitantes provenientes de ocho comunidades afectadas, éstos fueron instalados en cinco albergues: José Chávez, con 400 personas; Puerto Ballivián, 226; Joaquín Hurtado, 346; 4 de Febrero, 505, y Juan Lorenzo Campero, con 120.
    PRESTOS PARA ESTE AÑO
    El experto meteorólogo de Naciones Unidas Félix Trujillo Ruiz hizo un análisis de los patrones atmosféricos que afectarán a Bolivia en el verano 2008-2009.
    Por ejemplo, el invierno adelantado que vivimos de marzo a julio es analizado como una manifestación o cambio climático que anuncia la llegada de desastres, con una nueva temporada de lluvias intensas en el norte y noroeste de país, como sequías intensas al sur.
    Esto se debe a que el calentamiento del altiplano en Sudamérica y la emisión de nubes por la liberación de calor en el Amazonas no fueron normales esta gestión. Dicho fenómeno ocasiona una especie de muro que ha impedido el ingreso de frentes fríos y trae un fuerte calentamiento a partir de este mes. Se prevé que este año se rompan varios récords históricos en las temperaturas regionales.
    El informe publicado en la página web del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) señala que existen “probabilidades (de) que nuevamente volverá a presentarse, durante el verano 2008-2009 en el Hemisferio Sur, anomalía positiva en El Niño (…) También se estaría esperando excesos de precipitaciones en las regiones de Pando, Beni, centro y norte de Llanos Orientales y norte de La Paz durante septiembre y octubre; durante los meses de noviembre, diciembre de 2008 y enero de 2009, los excesos tenderán a desplazarse a las regiones comprendidas entre el Beni central y los Llanos Orientales”.
    A fines de agosto, según Rodríguez, un equipo de de Psicólogos Sin Fronteras partió a Trinidad con la misión de trabajar un año en el lugar. Allí evaluarán la evolución de la gente, ante el anuncio de un eventual desastre. Se quiere preparar a las personas antes de la llegada de una próxima crisis.
    Antes, durante y después de una contingencia
    Según la OPS, cuando un desastre es anunciado, por ejemplo un huracán, la gente tiene miedo y existe una tensión emocional colectiva que prepara a las personas al enfrentamiento de la amenaza. Durante el desastre, las emociones son intensas, hay sufrimiento emocional en los sobrevivientes y deterioro en la vida de las personas. Luego la gente suele experimentar ansiedad y temor al recordar el trauma y pueden aparecer conductas inapropiadas, sueño irregular, falta de apetito e irritabilidad.
    Existen cuatro tipos de reacciones frente a un desastre
    El síndrome general de adaptación ante un desastre se manifiesta, primero, cuando la gente suda profusamente y tiene temblores, debilidad, náuseas y problemas para pensar claro. Segundo, se la puede hallar paralizada, parada o sentada en medio del caos, sin hablar o sólo pronunciando una o dos palabras. Tercero, hay personas hiperactivas, harán una y otra cosa, hablan rápidamente y se enojan si no se aceptan sus ideas. Cuarto, hay manifestaciones físicas temporales, como llanto o debilidad.
    Todos podemos ayudar a una víctima de desastre
    Tras un desastre, toda persona puede ofrecer apoyo psicológico a quienes hayan pasado por esa experiencia. La OPS recomienda, por ejemplo, crear un clima de confianza y seguridad mostrando interés en cada víctima; establecer una buena comunicación, así como fomentar el respeto y la tolerancia, en especial en campos de refugiados; brindar apoyo emocional especialmente a quienes han quedado solos, y entender y aliviar los síntomas y reforzar la autoestima de los sobrevivientes.
    Avisar a especialistas sobre situaciones delicadas
    Frente a una situación de emergencia, debe avisar a profesionales especializados si advierte a personas con manifestaciones especiales para una ayuda más profesional. Por ejemplo, el problema o síntoma de agresividad, inclinación a vicios o drogas e irritabilidad pueden afectar sus actividades cotidianas, también si se da cuenta de que tiene ideas suicidas, cuando abusa del consumo de alcohol, si maltrata a las personas de su entorno o cuando después de haber recibido un apoyo emocional persiste en sus síntomas por más de 30 días.
    Por un proceso de pacificación
    José María Toribio representa a Psicólogos Sin Fronteras en España, estuvo de visita en Bolivia para analizar los resultados de la evaluación de las víctimas de las inundaciones en Trinidad y habló con Domingo de su trabajo en emergencias.
    —¿Cómo realizan la atención a personas que sufrieron un desastre?
    —Los equipos de Psicólogos Sin Fronteras, en el área de intervención en emergencias, trabajan en tres fases: el impacto; la emergencia, con personal local, y luego obviamente trabajamos en el post, el seguimiento a la catástrofe. Luego en situaciones más grandes, como terremotos, como el tsunami de Sri Lanka, trabajamos en la reconstrucción.
    —¿Las emergencias han aumentado con el tiempo?
    —Hay gente que piensa que hay más emergencias, pero creo que eso responde al efecto de la globalización de la información. Sin embargo, como psicólogos, sobre efectos climáticos no conocemos mucho. Sí he constatado desde el año 1998, cuando empecé a trabajar, hasta ahora que las catástrofes que se dan son más grandes, o sea, se da el mismo número de terremotos, tsunamis, ciclones, pero el tsunami de Sri Lanka es algo que no se había dado en tamaño, y también Katrina, un huracán nunca había subido tan al norte. Eso sí que se está dando; por el calor, los huracanes llegan a lugares impensados.
    —¿Ustedes tienen preparación especial?
    —Ahora en España se trata como especialidad y los psicólogos que son de emergencias están especializados. Un curso de capacitación en especialización suele llevar un mes y después se obliga a salir tres meses a campo, en situaciones que impliquen desplazados.
    —¿Qué es lo más devastador de un desastre en la mente de una persona?
    —Habría dos cosas. En un primer momento del impacto lo más devastador es la pérdida de control, ver que no puedes hacer nada, luego, cuando pasó la catástrofe, lo que a la gente le impacta más es la pérdida de la familia. Se produce un síndrome que se llama el síndrome del superviviente, cuando de un núcleo familiar de seis o siete personas sólo queda uno, esa persona no puede soportar haber vivido.
    Del impacto, la persona normalmente se sobrepone en un plazo de tres a seis meses, pero si no sucede algo, otro desastre de por medio, la gente no lo puede superar y es ahí donde se producen intentos de suicidio. La persona se siente culpable de haber sobrevivido, aunque no entiende por qué.
    —¿En qué situaciones ha participado?
    —En Honduras, por ejemplo, el huracán salió de la costa y llegó a la capital, arrasó con todo lo que había. Los equipos de emergencia se habían quedado en la costa, y en Tegucigalpa quedaron los chicos de 16 y 17 (años) voluntarios de la Cruz Roja. Entonces nos pidieron que diéramos el apoyo psicológico a los intervinientes, a los rescatadores, para que no se fueran, porque el impacto psicológico de sacar un día y otro día cadáveres era duro, fue algo muy crítico.
    En Sri Lanka, en cambio, trabajó mucha gente y trabajamos con una entidad de familias de la etnia de allí. Les dimos la cobertura en orientación y los recursos.


    tomado de prensa boliviana