viernes, 4 de marzo de 2016

Anorexia: prevención en la escuela


"A la hora de hablar sobre trastornos alimentarios es importante comenzar a replantearnos la idea de que estos se deben principalmente a una cultura que exalta la belleza y bombardea a las jovencitas con imágenes de mujeres delgadas y esbeltas. El asunto es mucho más complejo"
Renata Cabrales
La anorexia nerviosa es un trastorno alimentario que conduce a quienes lo padecen a perder más peso de lo que se considera saludable de acuerdo a su edad y estatura. Estas personas también pueden tener mucho miedo a aumentar de peso y además suelen hacer ejercicio en forma exagerada y utilizar diversos métodos para bajar de peso.
La causa más frecuente de la enfermedad, sobre todo en mujeres jóvenes y adolescentes es el tema de la belleza y el culto al cuerpo, pero según especialistas es necesario tener en cuenta otras circunstancias, pues su origen es una mezcla de factores biológicos que tienen que ver con los cambios físicos y aspectos psicológicos y sociales. Es así como se distinguen dos tipos de factores: desencadenantes y generales, como los culturales.
Entre las causas desencadenantes nos encontramos con: la obesidad de quien la padece, obesidad materna, muerte o enfermedad de un ser querido, separación de los padres, alejamiento del hogar, fracasos escolares, accidentes, sucesos traumáticos. Entre los factores culturales, encontramos los estándares de belleza inalcanzables impuestos por la sociedad y un descomunal culto al cuerpo que conduce al abuso de dietas restrictivas.
“Creo que a la hora de hablar sobre trastornos alimentarios es importante comenzar a replantearnos la idea de que estos se deben principalmente a una cultura que exalta la belleza y bombardea a las jovencitas con imágenes de mujeres delgadas y esbeltas. El asunto es mucho más complejo.
“La cultura juega un papel, pero no es la causa principal. De cada ocho niñas que tienen acceso al mismo ambiente cultural, a las mismas revistas, a los mismos amigos, sólo dos se enferman. Para que una enfermedad como esta se produzca debe haber primero una predisposición genética. Se han identificado genes que tienen que ver con alto perfeccionismo y rigidez mental en el caso de la anorexia, y genes asociados a la impulsividad en el caso de la bulimia. Cuando se combinan los riesgos genéticos, con rasgos de personalidad como los que acabo de mencionar y a ese cóctel se le suma una cultura que reduce la belleza a unos cánones muy estrechos, entonces se crean las condiciones para alterar la conducta alimentaria de una persona”, afirma Pilar Arroyave, psiquiatra de niños y adolescentes, docente universidad de Antioquia, en una entrevista en El Espectador.

Población afectada en Colombia

En el trabajo Prevalencia de trastornos del comportamiento alimentario en estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia entre julio de 1994 y diciembre de 1995, se llegó a importantes conclusiones.
Es necesario realizar estudios en poblaciones más amplias y en especial riesgo, para conocer la realidad nacional y diseñar políticas para su detección y tratamiento.
–Aunque en Colombia no existen estadísticas sobre la enfermedad, se han detectado algunos casos aislados en colegios de estratos altos en Bogotá. En el artículo “Obsesiones que matan”, de la revista Semana, Nora Elena Bartolini, psiquiatra especializada en el tratamiento de trastornos alimenticios, señala que: “La patología está floreciendo, hasta ahora hemos analizado unas 500 bachilleres y hemos descubierto casos de colegios en donde hay hasta 6 alumnas con anorexia y bulimia avanzada”.
Así mismo, varias pruebas pilotos hechas en colegios de Bogotá por la psiquiatra Nora Elena Bartolini, encontraron que el porcentaje de niñas con anorexia es igual al que existe a nivel mundial, del 1 al 4%.

Prevención en la escuela

En una conversación con VOZ, la psicóloga Ana Marcela Pérez, que hace parte de las iniciativas de la Secretaría de Educación, nos contó cuáles son las formas de prevención que se están realizando en las escuelas del país con el fin de evitar este trastorno alimentario en las y los estudiantes.
–¿Cuáles son las acciones de prevención en cuanto al tema de la anorexia que realiza la Secretaría de Educación?
–Desde el sector educativo lo que proponemos son más acciones preventivas frente al tema, no específicamente de la anorexia sino del cuidado y el autocuidado. Es el tema que más trabajamos, pues está relacionado con la educación para la sexualidad y desde ahí hemos trabajado muy fuertemente el componente del cuerpo, ya que a partir de este han surgido ese tipo de violencias hacia las mujeres.
Por otra parte, con lo que se ha venido trabajando es con el componente de alimentación escolar, en el que se trata todo el tema de los comedores escolares con unos mecanismos pedagógicos, visibilizando diferentes líneas; una es la soberanía alimentaria que no toca directamente el tema de la anorexia, otra línea es sobre la conciencia de los alimentos y del consumo responsable y la última línea es sobre el cuidado y autocuidado. aquí es donde hemos estado trabajando con una estrategia del proyecto de ciudadanía y convivencia de la Secretaría de Educación en relación con el proyecto de alimentación escolar, PAE.
–¿Crees que uno de los factores desencadenantes de la enfermedad tiene que ver con la violencia de género?
–La violencia de género tiene que ver con el asunto de la feminidad o la masculinidad. No se toca directamente el tema de la anorexia sino los elementos que pueden llegar a generar este trastorno. Por ejemplo cuestiones del cuerpo, cómo la publicidad vende esa mirada del cuerpo de la mujer, es decir, el estereotipo de género, entonces lo que más se hace es evidenciar las violencias y a través de esa visibilización se crean unas piezas comunicativas con los chicos y las chicas en las que ellos también hacen un ejercicio de transformación de esa realidad. Esto es un poco más preventivo que de intervención, digamos que nos damos cuenta de algo y se lo mostramos a nuestra comunidad educativa y esto, de alguna manera, tiene un impacto sobre las chicas adolescentes.
–¿Cómo se llevan a cabo estas estrategias de prevención con los y las estudiantes?
–En ese proceso lo que hacemos es trabajar con los y las estudiantes, de manera pedagógica, una conciencia frente a la alimentación como el ejercicio de la educación alimentaria. Entonces uno de los fuertes con los estudiantes es el análisis de piezas publicitarias desde las diferentes dimensiones, cómo les venden a los y las jóvenes la alimentación y a partir de eso se hace un ejercicio de crítica. También surge el tema de lo light que les llama la atención y lo que consuman no sea solo arroz y papa. También ha surgido de eso el hecho de que los chicos tienen cierta perspectiva del comedor escolar, donde les dan comida nutritiva y no les parece tan rico, tan llamativo.
–¿Consideras que los casos de anorexia se ven de igual manera en los diferentes estratos sociales?
–Lo de la anorexia está muy asociado a cuestiones de clase y estratos sociales porque no hay muchos casos de niñas del distrito con ese trastorno, pues, si bien los medios de comunicación llegan a todo el mundo, en los estratos altos están sobredimensionados en las relaciones de los chicos y las chicas, entonces hay más presión social entre ellos y eso genera más problemas de autoimagen, lo que la familia también refuerza.