jueves, 11 de diciembre de 2014

PAREJAS Y DISPAREJAS


Cualquiera puede decir que tiene novia, relaciones sexuales o amoríos pero pocos pueden afirmar que tienen una relación de pareja feliz, estable y duradera porque es la tarea más difícil que hay en este mundo.

Un beso. Lápices de colorers
Para no desanimar al lector empezaré por unas ideas a manera de conclusión: No existe una receta para saber cuándo una pareja durará en el tiempo y con felicidad, pues todas funcionan de distinta manera, unas parecen vivir en armonía por los acuerdos que tienen, pero otras, prolongan su existencia en calderos de infierno.

La definición del problema no comienza cuando usted consigue novio o novia porque desde la infancia le han venido envenenando la cabeza con ideas sobre cuál es el tipo de compañero que usted debe conseguir. Es por esto que algunos hombres salen de casa con un metro buscando la de 90-60-90, mientras que ellas (por su rol de sumisión) esperan, desde antes de los hermanos Grim, que se les aparezca el caballeroso príncipe azul, que le pinte pajaritos en el aire.

La cosa empieza a ponerse fea en el momento en que a usted le ven muy de seguido con X persona, pues a partir de ahí todo el mundo empieza a opinar porque la envidia es una plaga de la cual casi nadie se escapa: “Está muy flaca”, “que vieja tan fea”, “es patitorcida” “mijo, esa greñuda no le conviene” “usted está muy viejo para esa niña” y etcétera, etcétera.

Hasta hace unos años, si los dos eran del mismo sexo se producía un escándalo, pero como ahora se está poniendo de moda la homosexualidad, ya la gente no pasa de cierta mirada despectiva o una sonrisita maliciosa. Si son hermanos, se prenden las alarmas y la familia corre presurosa a separarlos porque es la peor de las aberraciones humanas. Por fortuna hay espíritus tolerantes, que simplemente les aconsejan no tener hijos y que se vayan a vivir a otro país para sean felices, lejos de la mojigatería. Ahora, cuando entre los dos hay una pronunciada diferencia de edades, los que conforman el qué dirán y hasta los especialistas escupen su veneno a diestra y siniestra para demostrarles a los enamorados que son una pareja sin futuro.

Si ella es mayor que él, dicen que es un típico caso edípico y lo que él buscaba en ella era a su madre. Hay quienes felicitarán al chico por sus dotes de semental. De ella dirán que es “asaltacunas”, una buscona, abusiva y cuasi menopáusica. Los expertos advierten que no durarán porque ella se arrugará pronto y él querrá después tener una chica más joven.

Cuando él es mucho mayor le dicen “viejo verde faldero”, mientras que de la niña afirman que; es solo una interesada que va detrás del dinero y la herencia del cucho; es una inmadura que busca en él la figura paterna-sobreprotectora porque es una “electracomplejada”; o que la chica solo lo hace por lucirse en sociedad.

¿Cómo debe estar conformada la pareja ideal?
La respuesta parece ser tan sencilla que nadie se puede quedar callado y porque opinar es facilísimo, solo hay que abrir la boca para permitir que salgan los prejuicios, las frustraciones personales o las frases de cajón que circulan en Facebook. Entre algunas de esas ideas mencionemos las siguientes: que haya química, entre ellos (aunque en realidad tambien física, economía, cálculo, historia). Ella delicada o femenina y él un varón (casi macho) que sepa prometer futuro. Que tengan edades iguales o de pronto que él sea un poco mayor. Los gustos deben ser parecidos y aunque se diga que las diferencias socioeconómicas no deben ser muy grandes, a ellas se les insiste para que prefieran a los de mejor posición, personas con fama y dinero. No importa que él sea feo, pues el amor llegará luego…(entran risas) pero ella ha de ser linda. Juntos deben gozar de plenas facultades físicas ya que, como dijo Schopenhauer, las deficiencias en la salud inhiben la formación de parejas porque como somos animalitos, buscamos la perfección de la raza en la procreación. De esos enunciados algunos hombres ya han sabido deducir lo que tienen que hacer y se juzgan "exitosos en el amor".

De cumplirse esos presupuestos entonces deberían formarse parejas duraderas y sin embargo no siempre se produce, por miles de razones. Mencionemos por ejemplo que los individuos no evolucionan con el mismo ritmo, ni en la misma dirección. A los dos no los afectan por igual las presiones externas y en una sociedad donde la gratitud es una especie en vías de extinción, el egoísmo es un virus que puede contagiar a uno solo de ellos . Por eso no se sorprenda cuando un buen día le digan: “Te dejo, ya tengo otr@.” .“cuando logre  algo de dinero te mandare para los niños”. y "si resuelves sufrir, es tu problema”.

Los envidiosos son muy agudos a la hora de detectar disparejas, como aquella amargada que le dice a su hermana “no se meta con ese viejo porque usted debe estar con los jóvenes, mañana se queda sola lamentando no haber disfrutado de la vida”. Pero ese tipo de comentarios superficiales lo que traslucen y reproducen es la existencia unos estereotipos sociales como el de pensar que juventud es rumba, licor, deportes extremos, aventuras amorosas. Pero un chico puede tener en la cédula 24 años y en realidad reflejar una “madures” extrema; andando con su saquito porque es un hipocondriaco; se expresa con formalismos huecos, es parco para todo y le dan miedo las experiencias exóticas. O a la inversa, puede comportarse como un niño plástico jugando con sus carritos, esperando que papi y mami le digan lo que tiene que hacer. La señora de 50 años, que llaman “la cuchibarbie” perfectamente puede ser audaz, alegre, coqueta, ambiciosa, deportista y con una jovialidad más contagiosa, que una chica de 20. Por esa razón se equivocan los expertos al fijar su crítica en el monto de los años y como nadie tiene garantizada la vida, a lo mejor es la persona mayor la que se puede quedar viuda en la primera noche de pasión. Adicional a ello toca estar alerta porque la jovencita en pocos años se puede tornar achacosa: ya no quiere caminar, no le gustan los paseos a río porque los mosquitos, el sol, el agua fría y... que pereza. Total el catano se aburrió de su viejita precoz.

Oleo
Lo que está “científicamente” demostrado es que las dos personas, sin importar la edad, pueden conformar una hermosa relación de pareja cuando saben ponerse de acuerdo en los objetivos y afrontar los futuros cambios en los roles. La armonía durará mientras exista en ellos el deseo de hacer feliz al otro. Después de ello el nidito de amor puede volverse una eterna gazapera y aparecerán los deseos de separación-traición.

Uno de los argumentos más simpáticos que conozco para justificar la disolución de la pareja, dice así: “me voy porque quiero experimentar algo nuevo y  diferente”. (como se dice de un celular). Es realmente interesante porque quien la pronuncia olvida un hecho fundamental y es que tales maravillas son muy relativas, puesto que cuando se marcha se lleva consigo la mitad de las cosas que conformaban la anterior relación. Esto es, su propia manera de ser con sus cualidades y defectos. Por eso muchos de los que se divorcian vuelven a hacerlo por los mismos motivos, y siempre echándole la culpa al otro por una de las leyes naturales de la idiotez humana: … nadie quiere confesar que es culpable en cuestiones de amor. Si usted quiere experimentar algo realmente nuevo y diferente, deberá pasarse al otro bando de la acción o puede experimentar con las relaciones sadomasoquistas o en medio de las drogas.

No es mi intención desanimar a los “innovadores”, pero lamento tener que recordarles también que en la vida tenemos que lidiar casi siempre con las mismas cosas: hacer de comer, limpiar la casa, trabajar, aprender a complacer al otro, a ser tolerante, a perdonar, olvidar, etc. Básicamente son los mismos asuntos que deben afrontar chicos y chicas de Australia, o del Canadá. Si somos falsos, mentirosos y vivimos del qué dirán, la lógica indica que haremos infelices a nuestra apareja así ella venga del pueblo más apartado de la tierra. Con los marcianos puede que las cosas sean radicalmente distintas, pero tocaría probarlo.

Recordemos pues que la cotidianidad es la esencia de la vida y es por eso que, para las cosas distintas usamos la palabra extra-ordinario, es decir que no se da todos los días. En consecuencia diremos que la desgracia de lo nuevo y diferente, está en que rápidamente se torna en viejo y habitual. En mi concepto entonces parte de la felicidad está en aceptar lo cotidiano, el vivir a gusto con lo que se tiene. Claro, esto no significa que debamos caer en el conformismo, porque cuando las cosas no funcionan, no se trata de pasar por masoquistas o mártires.

Es una tragedia que estemos trasladando a las relaciones interpersonales la glorificación de lo nuevo y lo diferente que nos ha traído la sociedad de consumo porque a cualquier tont@ y sin amor podemos llamarlo novio, amigovio, amante, compañera, esposo. Y al poco tiempo lo descartamos porque nos aburrió. Por eso cuando encuentre una pareja en la calle, no se crea todo lo que ve, debido a que muchas son relaciones efímeras, otras solo son personas que llevan vidas paralelas por obligación reproduciendo la hipocresía de generación en degeneración para la foto de la familia feliz y, por supuesto, también están aquellas parejitas lindas que se aman locamente, sin importarles lo que piensan los demás. Cruzo los dedos para que usted, pertenezca a una de ellas.

Por último cuídese de juzgar a los demás porque cada cual hace lo que puede para sobrevivir a la desventura del desamor.