
La intimidación escolar es una asignatura más para superar en los colegios hoy. Problema mundial. Niños que son objeto de burla porque son amanerados. Otros que son rechazados por ser muy inteligentes. Otros porque no son los más hábiles en la cancha. Niñas cuya honra es degradada en internet por no aceptar a cierto chico. Ser gordo o flaco, tímido o muy popular, feo o bonito puede ser usado en contra por otro u otros compañeros, en lo que los psicólogos llaman intimidación escolar o ‘bullying’. Este en un fenómeno mundial creciente, que ya se siente en número y en severidad al interior de los colegios de Cali y del Valle. Melisa* fue víctima de agresión continuada de sus pares desde los 9 años, en tercer grado en un colegio privado del sur de Cali. “Como la niña era alérgica, el primer síntoma fue ser apodada ‘la mocosa’”, recuerda Liliana, su mamá. Esta administradora de empresas relata que todo el salón comenzó a mirarla con asco y repulsión y que los niños que ingresaban al colegio jugaban con ella los primeros ocho días, pero después no. “La niña es muy extrovertida, pero comenzó a relegarse, en teatro o en música hacía el papel más sencillo para no notarse y de muchos eventos se marginó, por temor a que se burlaran de ella”, dice. A la madre aún le duele que la psicóloga hizo “un papel mediocre”, se limitó a “llamarles la atención” a los niños y ni siquiera consideró cambiar a Melissa de salón. “En cuarto año todo empeoró. Las niñas la criticaban por todo, por su ropa, le decían que su lonchera era ‘asquerosa’ por llevar arepa, huevo, fruta y jugo natural y no mecato o sánduches”. A raíz de ello, Melissa comenzó a no comer. Si al almuerzo servían pescado, que a ella le gusta, le decían: “qué asco” y, para sentirse aceptada, ella decía lo mismo. “Aún así salía a los descansos sola, ninguna niña quería ser su amiga y sobresalía en el estudio, pero con ese sentimiento de ser rechazada”. Al pasar a quinto, Liliana exigió acciones como condición para no cambiarla de colegio. Una nueva psicóloga se comprometió a superar la situación. “Y mi propia hija me dijo: ‘Mamá, yo no quiero que me saque del colegio porque así van a quedar felices de que lograron lo que querían; además, quiero ganarme la medalla’”. “La niña que lideraba el ‘bullying’ contra Melissa le decía que jamás iba a conseguir novio porque era muy fea, que su pelo era horrible. Un día que se cayó, se burló de ella delante de todos y el grupo la ridiculizó también. Yo exigí hablar con los papás, no me lo permitieron, pero la psicóloga sí hizo sesiones con ellos, con las dos niñas y por separado”, recuerda la madre. La niña cambió de actitud y a Melissa una psicóloga particular le ayudó a recuperar su autoestima. “Pero mi hija ya estaba marcada y cuando ganó la medalla de conocimiento académico de primaria, sí aceptó que la cambiara. Ahora está en un colegio semiprivado y la veo feliz”. ¿Qué es? “La intimidación escolar son diversas formas de maltrato y violencia intencional y continuada, sea verbal, física, sexual o relacional o por medios electrónicos –la más usada hoy– que niños o adolescentes profieren a otros”, dice la psicóloga María Clara Cuevas, profesora del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Javeriana de Cali. La investigadora estudia el fenómeno en el Valle desde el 2002 y destaca que el agresor tiene mayor poder físico, social (popularidad) o en edad y que estas conductas se hacen con la única intención de “someter, humillar, amenazar, asustar, excluir, discriminar, ridiculizar al otro y atentan contra la dignidad del victimizado”. Y el agredido calla y padece porque entre los chicos también opera la ley del silencio por temor a una mayor intimidación y a ser tachado de ‘sapo’. Hay quienes creen que se cayó en el extremo de que desde el más leve empujón o rayón en un cuaderno es catalogado como ‘bullying’. Pero entre jóvenes todo es motivo para molestar al otro. El chico cuyo aspecto físico denota una tendencia gay o la niña sometida a burlas por internet por ser extranjera. Un caso frecuente es el del alumno sujeto de desprecio porque es aplicado. “Es el que dice: si estudio gano el año, pero me quedo sin amigos”, explica la psicóloga Gloria Hurtado, quien ha detectado que el ‘bullying’ contra las niñas ataca su honra y su sexualidad, difundiendo por internet calificativos destructivos para una adolescente. Es que la forma de agresión psicológica más común entre las menores se presenta en la transición de la niñez a la pubertad. La más popular organiza el grupo para aislar a otra y no dejar que se relacionen con ella. Entre los varones son el juego brusco y la amenaza, equivalente a retarlos a ser el más fuerte. Su punto débil es por su aspecto y fortaleza físicas. Los casos extremos no están al otro lado del mundo. Como el niño de un colegio de Cali que intentó suicidarse porque no soportaba las burlas de sus compañeros por su amaneramiento. Con este panorama, los especialistas consideran que el ‘bullying’ no es un problema que atañe sólo a los papás, los profesores o los estudiantes, sino un problema de ciudad en todo el mundo, incluido Canadá, el país con mejor calidad de vida. Por ello es una preocupación de la sociedad, materia de investigación y otra asignatura más que los involucrados deben ganar. * Nombres cambiados para proteger la identidad de la niña. Estudios
Hacer daño
1 comentario:
Publicar un comentario