miércoles, 9 de noviembre de 2011

PERDIDA FAMILIAR, A SUS NIÑOS Enséñeles que la vida continúa



Colprensa

Los niños deben saber la verdad de la muerte de un familiar. Inclúyalos en los rituales fúnebres y hábleles claro.

Ante la muerte no se debe reprimir la tristeza, ya que así más daño se hace la persona. Los pequeños deben llorar y vivir la emoción ya que es la única forma en la que pueden sacar el dolor que llevan por dentro.

A los niños casi siempre les limitan la verdad. Con frases como ‘ahora tienes un amigo en el cielo’ o ‘un ángel te mira, te ayuda y te cuida desde arriba’. Esto no debe seguir siendo así.

“Al niño se le debe decir la física verdad. Hay una creencia errónea en nuestra cultura y es que lo niños no entienden. Ellos sí se dan cuenta de lo que está ocurriendo y lo sienten”, explica el sicólogo Pablo Andrés Zapata García.

Es importante incluirlo en todos los procesos fúnebres del papá, la mamá o ser querido que murió. Hacerlo partícipe de los ritos. Por ejemplo, si es una familia creyente es importante que esté en el velorio, la misa y las novenas, si las hay.

También se le debe explicar el porqué esta persona falleció, si fue por una enfermedad, un accidente o muerte trágica.

Muchas veces la explicación que se le da al pequeño es que Dios se llevó a la persona porque era muy buena y la quería en el cielo. Esto es perjudicial, ya que puede poner al niño en un caos interno... ¿Si era tan buena por qué me abandonó?

“En este tipo de casos, el niño explota cuando va creciendo, es la típica persona que llega a la edad adulta llena de problemas y cuando se devuelve el tiempo, los especialistas se dan cuenta de que no elaboró el duelo de la muerte de su familiar” , explica el especialista.

Aunque sea muy pequeño se le debe ayudar a reconstruir su proyecto de vida. Si fue la madre la que falleció, el padre debe dejarle claro que ahora están solo ellos dos.

Así se vive el duelo

Cuando se afronta la muerte con tristeza, dolor y angustia, pero la vida sigue siendo funcional en medio del desconsuelo, se trata de un duelo positivo, que no afecta al pequeño; es un estado normal por la pérdida de ese ser especial.

Los teóricos dicen que un duelo normal se demora alrededor de cuatro meses, dependiendo de la estructura y personalidad del ser. Cuando éste dura más tiempo y se presenta con agresividad y depresión, se convierte en un duelo patológico, para lo cual se recomienda visitar un terapeuta.

“Yo no creo en los períodos de tiempo, hay duelos que pueden durar toda una vida, especialmente en los niños, esto depende del apego y la dependencia que se tuvo con la persona que murió”, indica el sicólogo.

Por último, está el duelo resuelto, en el que los teóricos dicen que se puede pensar en el ser querido sin sentir dolor.

“Personalmente, yo no creo en eso, para mi el duelo resuelto es cuando puedo pensar en aquella persona, me duele, pero puedo seguir la vida. Siempre la ausencia de un ser va a causar dolor, es inevitable”, dice el especialista.

Contexto:
·  Se recomienda dejar que los pequeños lloren, que vivan la emoción y así puedan sacar de alguna forma el dolor que llevan por dentro.
·  ¡Cuidado! No le debe dar calmantes a los niños para los nervios, puede perjudicarlos. Esto se hace solo si el médico lo recomienda.
·  Después del duelo, se debe reconstruir el proyecto de vida. Esto es fundamental ya que la vida cambia y el pequeño puede verse sin un horizonte.