sábado, 16 de noviembre de 2013

LA DEPRESIÓN ES UNA DE LAS ENFERMEDADES MÁS PREVALENTES EN EL MUNDO… LOS ESTUDIANTES TIENEN UN RIESGO MAYOR…. ¿QUÉ HACER…?



LA DEPRESIÓN ES UNA DE LAS ENFERMEDADES MÁS PREVALENTES EN EL MUNDO…
LOS ESTUDIANTES TIENEN UN RIESGO MAYOR….
¿QUÉ HACER…?
MSc Alicia Salamanca Sanabria
Nodo de orientación psicosocial

La depresión ha sido clasificada como una de las principales enfermedades mentales en todo el mundo (Mathers y Loncar, 2006),  la cual tiene una alta incidencia,  aparición en edades tempranas, de alta cronicidad y deterioro  funcional (Richards, 2011).  Las  prevalencia de la depresión en países de bajos ingresos como Colombia, no está lejos  de las tasas reportadas en los EE.UU., Europa y otros países de altos ingresos (Gómez-Restrepo et al., 2004). La  prevalencia en Estados Unidos se ha estimado en el 6,6% (Kessler et al., 2003), y en Europa en el 8,5% (Ayuso-Mateos et al., 2001).

En Colombia, la prevalencia de la depresión se ha estimado en 6,8% para 10% (Gómez-Restrepo et al, 2004;.. Kohn et al, 2005; Encuesta de Salud Mental Mundial de la OMS Consorcio, 2004). Lo que está claro es que los trastornos depresivos son frecuentes en la población general población. Investigaciones anteriores de Colombia, América Latina y, de hecho todo el mundo tiene identificado varios factores de riesgo que se asocian significativamente con la depresión, algunas de las cuales incluyen: ser mujer, estado civil, episodios previos de depresión, problemas de sueño, pérdidas significativas recientes, ideación y (o) la intención suicida, el consumo de alcohol y drogas (marihuana, sustancias adictivas, estimulantes o tranquilizantes), sufrir de dolor o molestias físicas, tener dificultades en las relaciones interpersonales, estar desempleado o no poder trabajar, y ciertas condiciones médicas (Amézquita, González, y Zuluaga, 2003)
Varios estudios en los países de altos ingresos han reportado niveles elevados de depresión en estudiantes universitarios (Colegio Real de Psiquiatras, 2003, 2011). De manera similar, los estudios de estudiantes universitarios de América Latina han reportado altos niveles de depresión y otros problemas de salud mental. Por ejemplo, un estudio reportó altos niveles de depresión (30%) en estudiantes (Arrivillaga et al., 2004). Otros reportaron altos niveles de depresión y estrés en una muestra de
estudiantes en Colombia (Falla y Alfonso, 2006). Esto es similar a otros informes de Los países de América Latina (Cova et al, 2007;. Nogueira Neto, y Macedo, 2004).
La transición a la universidad y la gestión de las demandas académicas puede ser vivida como un momento estresante para muchos estudiantes. Los estudiantes están en una etapa en la que la aparición de problemas de salud mental puede surgir y los factores de estrés puede actuar como un catalizador para el desarrollo de la depresión (Osornio y Palomino, 2009). De hecho, los adultos jóvenes entre los 17 y 25 años de edad tienen más  riesgo de desarrollar  una enfermedad mental grave, como la depresión, y aunque a veces trastornos mentales pueden ser difíciles de diagnosticar desde el principio, el riesgo de retraso en el diagnóstico es a menudo asociado a la resistencia al tratamiento (Royal College of Psiquiatras, 2011). El resultado de la falta de oportunidades para el diagnóstico y tratamiento precoz a menudo puede significar el fracaso escolar y el abandono de la universidad, además, cualquier bajo rendimiento o fracaso puede tener consecuencias a largo plazo sobre la autoestima y el progreso en la propia vida (Colegio Real de Psiquiatras, 2011). La prevalencia y las consecuencias de problemas de salud mental están en todas partes, independientemente de si se vive económicamente con ingresos altos  o  bajos ingresos.

Es por ello que detectar estos casos es de vital importancia en la permanencia del estudiante y en el desarrollo de un proyecto de vida, algunos síntomas son: experimentar sentimientos de melancolía o tristeza, Irritabilidad, inquietud, Pérdida de interés en las actividades o pasatiempos que antes disfrutaba, Fatiga y falta de energía incluso las relaciones sexuales, dificultad para concentrarse, recordar detalles, y para tomar decisiones, Insomnio, despertar muy temprano, o dormir demasiado: Comer excesivamente o perder el apetito, Pensamientos suicidas o intentos de suicidio, dolores y malestares persistentes, dolores de cabeza, cólicos, o problemas digestivos que no se alivian incluso con tratamiento  que interfieren  con la vida diaria y el desempeño normal.
 Uno de los métodos que pueden ayudar a mejorar la depresión es realizar ejercicio físico ya que estimula la producción de las endorfinas, que son  analgésicos naturales que pueden en algunas ocasiones, hacer que la persona se sienta eufórica. También el aumento de la temperatura corporal puede tener efectos calmantes. Hacer ejercicio físico brinda también beneficios psicológicos  y emocionales como el ganar confianza al cumplir las metas de ejercicios propuestos, mejorando la percepción sobre la apariencia física. Ayuda a alejar los pensamientos negativos que alimentan la ansiedad y la tristeza, y permite socializar con los demás, es recomendable realizar  30 minutos aproximadamente al día durante 3 a 5  días a la semana, manteniendo una rutina que a largo plazo.
Por otro lado regularizar las horas de sueño es un factor muy importante a tener en cuenta, acostarse tarde y levantarse tarde, provoca un desbalance biológico, haciendo que se tenga sueño durante el día y provocando cansancio y fatiga crónica. Por ello, es importante acostarse a  dormir a una hora razonable y levantarse por la mañana lo más temprano posible. Esto favorecerá la realización del ejercicio físico y el levantamiento del ánimo para la persona que padece depresión.
Por otro lado consulte a un profesional y permita ayudarle; no siempre se puede solo resolver problemas, las terapias para la depresión  han resultado ser eficaces y pueden hacer una diferencia en la vida… revise que factores de riesgo pueden llevarlo a deprimirse en este articulo
Consulte en el nodo de orientación psicosocial  …..
Referencias
American Psychiatric Association [APA]. (2000). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (DSM-IV-TR) (4th ed.). Washington, D.C.: Author.
Amézquita, M. E., González, R. E., & Zuluaga, D. (2003). Prevalencia de la depresión, ansiedad y comportamiento suicida en la población estudiantil de pregrado de la Universidad de Caldas.Revista Colombiana de Psiquiatría, 32(4), 341–356.
Arrivillaga, M., Cortés, C., Goicochea, V. L., & Lozano, T. M. (2004). Caracterización de la depresión en jóvenes universitarios. Universitas Psychologica, 3(1), 17–26.
Cova, F., Alvial, W., Aro, M., Bonifetti, A., Hernández, M., & Rodríguez, C. (2007). Problemas de salud mental en estudiantes de la Universidad de Concepción. Terapia Psicológica, 25, 105–112. doi: 10.4067/S0718-48082007000200001
Mathers, C. D., & Loncar, D. (2006). Projections of global mortality and burden of disease from 2002 to 2030. PLoS Med, 3(11), e442. doi: 10.1371/journal.pmed.0030442
Kessler, R. C., Birnbaum, H. G., Shahly, V., Bromet, E., Hwang, I., McLaughlin, K. A.,Stein, D. J. (2010). Age differences in the prevalence and co-morbidity of DSMIV major depressive episodes: Results from the WHO World Mental Health Survey Initiative. Depression and Anxiety, 27(4), 351–364. doi: 10.1002/da.20634
Osornio, L., & Palomino, L. (2009). Depresión en estudiantes universitarios. Archivos en Medicina Familiar, 11(1), 1–2.
Royal College of Psychiatrists. (2011). The mental health of students in higher education (pp. 97). London, England: Author.

http://bienestar.unad.edu.co/?p=3194