martes, 14 de junio de 2016

Estrés es tres



Dos vecinas conversan mientras intento leer el periódico en el balcón. “Ella lo que tiene es tremendo estrés con ese marido y el trabajo que tiene”, dice una. La hija del vecino de los altos tiene granitos en la cara: “es el estrés, esa carrera la tiene muy estresada” diagnostica su madre.
Todo el mundo habla del estrés. Todo el mundo diagnostica el estrés y se se auto diagnostica estrés. Todo el mundo está estresado. Parece una epidemia. Pero ¿saben qué es realmente el estrés? ¿Acaso una una enfermedad? Más importante ¿es posible vivir sin estrés? Y aún más, al fundamento ¿es deseable vivir sin estrés?
Estrés significa tensión
Cuando János Hugo Bruno Selye llegó a la Universidad de McGill en Montreal en 1931, era solo un joven médico húngaro, nacido en Viena y graduado en Praga en 1929.  Aunque contaba apenas 25 años y un currículum aún en blanco, traía consigo una idea. Selye, renombrado Hans por el resto de su vida, había observado que muchos enfermos de diversas enfermedades compartían una serie de rasgos comunes; algo así como la enfermedad de estar enfermo.
En McGill el joven Selye pudo iniciar experimentos en modelos animales en busca de respuestas a sus observaciones.Cinco años después publicó sus primeros resultados en la revista Nature. Es una de las paradojas de la ciencia que el artículo que abriría una de las páginas más prolíficas y populares de la Fisiología moderna fuera una contribución tan breve, brevísima, apenas una cuartilla y tan escueta que, estoy convencido, ninguna revista científica seria lo hubiese publicado hoy, considerando los altos estándares que se exigen, pero era 1936 y Nature era Nature aunque todavía no era Nature.
Comienza diciendo el texto: “Experimentos en ratas muestran que si el organismo es dañado severamente por agentes nocivos inespecíficos y agudos tales como la exposición al frio, heridas quirúrgicas, producción de choque espinal (transección medular) ejercicio muscular excesivo, o intoxicaciones con dosis subletales de diversas drogas (adrenalina, atropina, morfina, formaldehido, etc.) aparece un síndrome típico, cuyos síntomas son independientes de la naturaleza del agente dañino o el tipo de droga farmacológica empleada y en su lugar representa una respuesta al daño en sí”. No hay otra descripción de los métodos empleados. Frio ¿A qué temperatura? ¿Por cuánto tiempo? ¿Cuántas sesiones? Drogas ¿En qué dosis? ¿Disueltas en qué vehículo? ¿Por cuál vía de administración? Son solo algunas de las preguntas que cualquier árbitro hubiera enviado a Selye en su evaluación.
Igualmente ausente del documento estaba cualquier descripción de los métodos empleados para constatar los daños cuyo reporte incluía durante las primeras 48 horas: disminución de tamaño del timo, el bazo, el tejido linfoide y el hígado, pérdida de tono muscular, disminución de la temperatura corporal, lesiones erosivas en el tracto digestivo.
En días siguientes notaba: aumento de tamaño de las glándulas suprarrenales, hiperplasia tiroidea, reducción del crecimiento corporal y atrofia de las gónadas. Si se mantenía la acción del agente agresor por más tiempo los animales aparentemente retornaban a la normalidad, pero de mantenerse la agresión por más de uno o tres meses (dependiendo de la intensidad del agresor) los animales perdían la resistencia y sucumbían con signos similares a los descritos en la primera fase.
Selye interpretaba esos resultados argumentando que “consideramos la primera fase sea la expresión de una alarma general del organismo cuando es confrontado de repente con una situación crítica, a la que llamamos por tanto ´reacción de alarma general´. Por cuanto el síndrome en su conjunto parece representar un esfuerzo generalizado del organismo de adaptarse a las nuevas condiciones puede ser denominado ´síndrome de adaptación general´.
El hoy tan popular término: estrés (castellanismo del inglés stress) no apareció en estos predios fisiológicos hasta 1950, cuando Selye publicó la primera monografía sobre el asunto,  y prendió rápidamente en la comunidad científica y el público en general.
Stress significa tensión. Un término importado de la Física y la tecnología de materiales, pero que se ajustaba muy bien a este nuevo sentido metafórico: tensión fisiológica o mental, tensión que provocaba una respuesta de alarma generalizada en el organismo, un esfuerzo por resistir y adaptarse a esa agresión. El propio Selye confesó después que el término que debió haber empleado era strain(esfuerzo), pero ya stress se había popularizado al punto de la irreversibilidad, tanto que nosotros, hispanoparlantes, nos sentimos obligados a introducir una nueva palabra en nuestra lengua: estrés, olvidando que desde siempre hemos tenido el equivalente, claro e inambiguo: tensión. Pero, como ha pasado tantas otras veces, la palabreja ya está tan arraigada que no hay modo. Estrés fue y estrés será, a pesar de las ambiguedades conceptuales que introduce.
Si bien desde el punto de vista fisiológico es claro que el término estrés se refiere a la reacción del organismo, a veces se asume erróneamente que el estrés radica en la situación que lo genera. A estas le llamamos hoy estresores o agentes estresantes, pero la distinción es clave, porque no siempre dos individuos reaccionaran con estrés ante una misma situación.
Una rata de laboratorio que se saca de su caja de habitación y se coloca en un sitio que nunca antes ha visitado mostrará una clara reacción de estrés, muy diferente a la de un animal idéntico pero que ya conoce el lugar y sabe que está libre de peligros. De la misma forma, una persona que se enfrenta por primera vez a un auditorio, digamos para impartir una clase o conferencia, se sentirá muy estresado, cosa que ya no le ocurre a un veterano profesor. De modo que, al hablar de estrés, hay que tener siempre presente que no está en la situación por sí misma, sino en la forma en que el individuo reacciona ante ella. El estrés es el efecto, el resultado, no la causa.
El nuevo concepto establecía un nexo crucial entre disciplinas aparentemente independientes como la Fisiología y la Medicina de una parte y la Psicología de otra, y constituía una extensión de lo que otro gran fisiólogo, Walter B. Cannon, había descubierto y descrito como reacción de alarma, más conocida en inglés como fight or flight reaction; es decir: lucha o corre.
Cannon introdujo además otro concepto clave en Fisiología: la homeostasis, la constancia del medio interno, esa especie de mar interior en que viven nuestras células, y cuya temperatura, pH y composición son estrechamente regulados por diversos mecanismos fisiológicos. De este modo se alcanza una verdadera comprensión global del organismo, de la molécula a la psiquis, que nos permite entender cómo un trastorno que afecta nuestro medio interno afecta nuestra mente y, viceversa, cómo factores psicológicos y emocionales influyen sobre el funcionamiento de los órganos internos. Una concepción holística, me sugerirán algunos, pero prefiero mantenerme distante de este otro neocastellanismo tan cargado de matices pseudocientíficos. En todo caso, una verdadera concepción holística, asentada firmemente en la ciencia real.
Relojería de la tensión o los mecanismos del estrés
El primer “actor” identificado en la compleja maquinaria que conduce a las reacciones típicas del estrés,  o los primeros, porque son varios de un tipo, fueron los esteroides suprarrenales.
Estas hormonas tienen profundos y diversos efectos metabólicos que afectan a una variedad de tejidos corporales. Sobre el tejido adiposo, los esteroides suprarrenales tienen un efecto movilizador de las grasas allí almacenadas. Sobre el tejido muscular y linfoide, su acción moviliza aminoácidos incorporados a las proteínas. Ambos efectos combinados aportan “combustible” al metabolismo energético, preservando la glucosa, lo que explica su acción hiperglucemiante y diabetógena,  y justifica además que hayan sido llamados así: glucocorticoides. Tienen además dos efectos adicionales que han convertido a los glucocorticoides en las hormonas más empleadas en la práctica médica y las únicas que se emplean para tratar alteraciones no derivadas de su deficiencia: su acción inmunosupresora y antinflamatoria.
Aún hoy, si queremos afirmar que un animal o una persona se encuentra indudablemente en estrés, hay que comprobar si sus niveles circulantes de cortisol se encuentran elevados significativamente por encima de sus valores normales. Los glucocorticoides se producen en la corteza de las glándulas suprarrenales.
No es casual que en la región medular de la misma glándula se produzca otra de las hormonas del estrés: la adrenalina, responsable de muchas de las reacciones típicas de la reacción de alarma descrita por Cannon, y que es parte esencial de las reacciones de estrés: liberación de glucosa desde el hígado, dilatación pupilar, relajación de la musculatura bronquiolar, vasoconstricción generalizada, taquicardia, reducción de la secreción salivar y aumento de la sudoración axilar, palmar y plantar. Del conjunto de reacciones provocadas por glucocorticoides y adrenalina se derivan cambios que evidentemente preparan y capacitan al individuo para responder a retos extraordinarios con acciones extraordinarias.
Disponer de glucosa y otros compuestos energéticos (como los ácidos grasos) es, sin dudas, un aporte valiosísimo cuando es necesario correr, saltar o luchar. La dilatación pupilar mejora la visión nocturna; la dilatación bronquiolar reduce la resistencia al flujo de aire en las vías aéreas; la vasoconstricción generalizada acrecienta el ingreso de sangre venosa al corazón y el aumento de frecuencia y fuerza de las contracciones cardiacas la distribuye a los músculos mejorando el aporte de oxígeno y nutrientes. Todos esos cambios nos convierten en un “animal” dispuesto a la hazaña.
Otros no tienen una relación clara con alguna ventaja. Que se nos seque la boca y se nos dificulte hasta articular las palabras es una desagradable experiencia que casi todos hemos experimentado alguna vez, aunque resulte difícil atribuirle algún valor adaptativo. El sudor de manos y pies resulta igualmente difícil de evaluar, aunque el sudor axilar, con su muy característico, fuerte y desagradable olor pudiera convertirnos de repente en una presa menos apetecible.
La actividad de la médula suprarrenal es controlada por el sistema nervioso en su división simpática mientras que la corteza suprarrenal es controlada por una hormona producida en la porción anterior de la glándula hipófisis, la llamada hormona adrenocorticotropa (ACTH por sus siglas en inglés).
La hipófisis es una glándula especial por una razón: cuando una glándula endocrina cualquiera es extirpada de su ubicación anatómica normal y transferida a otro lugar del cuerpo, seguirá funcionando perfectamente siempre que se garantice un adecuado riego sanguíneo. Sin embargo, no ocurre así con la hipófisis. Esta singularidad fue resuelta cuando se descubrió que las funciones secretoras de la hipófisis son, a su vez, controladas por sustancias producidas por neuronas del hipotálamo en la región basal del encéfalo y de donde “cuelga” la hipófisis. Estas sustancias, fueron inicialmente llamadas factores de liberación, pero la demostración de que son transportadas desde el hipotálamo hasta la hipófisis por vía sanguínea fue crucial para que se les considerase como lo que realmente son: verdaderas hormonas.
El descubrimiento y aislamiento de estas hormonas de liberación le valió a Roger Guillemin, un discípulo de Selye, el premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1977. En el sitio web de los Nobel (Nobelprize.org) la autobiografía de Guillemin cuenta:
“Un día me enteré que Hans Selye daría una conferencia en París sobre su reacción de alarma y la endocrinología del síndrome de adaptación general. Fui a escucharlo. El magnetismo del hombre era extraordinario. Fui a hablar con él después de una de sus conferencias. Unos meses después me encontraba en el recién creado por Selye Instituto de Medicina Experimental y Cirugía en la Universidad de Montreal con una modesta beca de los fondos de Selye”.
Aislar y caracterizar esas nuevas hormonas no fue tarea sencilla. Su  concentración es muy baja, ya que disponen de un sistema particular de “entrega inmediata” a través de un eficiente micro-sistema vascular (llamado sistema porta hipotalámico-hipofisario) que las conduce directamente desde el productor al blanco.
En su conferencia al recibir el Nobel, Guillemin recordó que él y sus colegas tuvieron que procesar las hipófisis de 300 mil ovejas para aislar apenas 1 mg de la primera hormona liberadora hipotalámica identificada: la TRH (del inglés tirotrophin releasing hormone) que controla la secreción de tirotrofina, la hormona hipofisaria que regula la función del tiroides. Había nacido la Neuroendocrinología.
Otra de estas hormonas liberadoras, la CRH (hormona liberadora de corticotropina) resultó ser una pieza clave en la maquinería (perdón por el neologismo) del estrés. La CRH estimula la secreción de ACTH y esta, a su vez la de glucococticoides. Este conjunto de hormonas y estructuras forman el llamado eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal y opera bajo el principio de la retroacción negativa: un alto nivel circulante de glucocorticoides disminuye la secreción de CRH y de ACTH, mientras que cuando bajan los esteroides adrenales en sangre el sistema reacciona de modo opuesto. Estos mecanismos de retroacción negativa son omnipresentes en Fisiología y contribuyen de manera muy evidente a la homeostasis.
La CRH se produce en el hipotálamo, una pequeña, pero esencial región en la base del cerebro. Inmediatamente debajo de ella se localiza la hipófisis y a través del tallo que las comunica los capilares portales hacen llegar la CRH (y vasopresina) a las células que producen y liberan la ACTH.  Pero además de ese eje “hacia abajo” la CRH también ejerce funciones sobre otras regiones del cerebro que se encargan de orquestar otra serie de componentes del estrés. En particular la región conocida como amígdala cerebral (sobre esto más en “Te odio y te quiero. El fascinante mundo de los afectos”) posee receptores al CRH que modifican la función de esta y otras estructuras cerebrales como el hipocampo y los núcleos del tronco encefálico, como el locus coeruleus que provee inervación adrenérgica al resto del cerebro; añadiendo componentes fisiológicos ya descritos y también psicológicos tales como ansiedad, irritabilidad, miedo e insomnio, entre otras.
Evaluando el riesgo
Hemos descrito hasta ahora los mecanismos y los cambios que caracterizan al estrés, pero para comprender este complejo proceso fisiológico debemos conocer también cómo nuestra mente descubre la necesidad de despertar esa especie de genio de la lámpara que es la CRH.
En ese sentido nuestro sistema nervioso actúa como una especie de mecanismo de evaluación de riesgo detectando e identificando, a partir de la información sensorial y la experiencia acumulada, situaciones potencialmente peligrosas que pudieran requerir una respuesta extraordinaria. El peligro no tiene que ser real, el león no tiene que estar ahí, el riesgo puede ser solo posible. Tampoco tiene que tratarse de una amenaza directa para la vida, basta con que introduzca suficiente incertidumbre, inseguridad o temor al fracaso. Obviamente el estrés es un mecanismo de anticipación, digamos un “por si acaso” psicofisiológico.
Nuestro “Anderson Consulting” cerebral implica de modo especial la función coordinada de tres estructuras cerebrales muy bien interconectadas: la corteza prefrontal, la amígdala y el hipocampo. Todas ellas reciben amplia información de las regiones corticales que generan sensaciones y percepciones y cada una debe aportar elementos esenciales en la evaluación. Aunque es difícil afirmarlo con certeza, las evidencias disponibles sugieren que el hipocampo puede contribuir con la memoria contextual, que identifica los sitios (nuevos o conocidos) y los peligros eventualmente asociados a ellos. La amígdala posiblemente establece la valencia afectiva de la situación (bueno, malo o potencialmente malo) y desencadena las reacciones fisiológicas del estrés mientras que la corteza prefrontal, se especula, introduce asociaciones entre pistas y amenazas basadas en la experiencia previa del sujeto.
El bueno, el malo y… los demás
Visto así, el estrés es un valioso mecanismo de adaptación general. Selye lo concibió desde una perspectiva médica y hoy podemos entenderlo también de ese modo en un marco evolutivo. Anticiparse al peligro, prepararse para el combate antes de que aparezca el enemigo, pueden significar en muchas ocasiones la diferencia entre el éxito y el fracaso, entre la vida y la muerte. Por eso el estrés es una respuesta conservada y útil en términos adaptativos. Y es más, es una herramienta imprescindible para crecer en la vida, para aprender a evaluar posibilidades, para enfrentar adversidades y vencer. Este tipo de estrés fisiológico o eustress (literalmente el buen estrés) no solo es inevitable, también es necesario para el desarrollo de nuestras potencialidades físicas y mentales.
Un poco de estrés no te hace daño. Los seres humanos, sobre todo aquellos que viven en ambientes sobreprotectores, buscan a veces ese poco de estrés en entretenimientos peligrosos y miedos provocados; desde escalar montañas hasta sufrir con películas de horror (¡querido Boris Karloff!).
Pero la situación cambia radicalmente cuando el estrés, físico o psicológico, se prolonga y se torna crónico. Como advertía el propio Selye en su primera comunicación sobre el tema, entonces el organismo sucumbe ante el reto y asoma el rostro malo del feo (o el rostro feo del malo): el distress. El estrés crónico tiene consecuencias plurales, y afecta a todos los órganos y funciones que resultan activados por el estrés. Se resiente el sistema inmune, el páncreas fracasa y aparece la diabetes, los músculos y hasta los huesos se debilitan. De otra parte, ansiedad, trastornos del sueño y depresión nerviosa caracterizan a esta lacerante situación de estrés prolongado. Hay evidencias sólidas de que el estrés crónico en la infancia tiene consecuencias negativas a largo término sobre la salud mental y física de los adultos.
¿De cuantas cosas es culpable el estrés? Probablemente de muchas, pero tal vez no de tantas como hoy se discurre. En un campo tan diverso como el de las relaciones mente-cuerpo caben especulaciones exageradas, como aquellas que condujeron al desquiciado Hamer y sus seguidores de la Nueva Medicina Germana y la Biodescodificación a considerarlo la causa primaria de toda enfermedad. Ponerlo en su perspectiva real seguirá siendo una tarea de primer orden de la Fisiología actual.
Han botado basura en mi verde jardín…
Cuando Hans Selye falleció en 1982, dejó un legado de consagración al trabajo difícil de igualar. Trabajador de siete días a la semana, doce horas al día (incluyendo feriados) fue autor o co-autor de más de 1500 artículos científicos, 32 libros de su sola autoría y líder fundador de toda una nueva rama de la Fisiología: la Neuroendocrinología, a partir de sus investigaciones sobre el estrés. Por todo ello fue exaltado al Salón Canadiense de la Fama en Medicina.  Documentos desclasificados del Comité Nobel permiten conocer que aun cuando nunca obtuvo el premio fue nominado diez veces. Según el testimonio de colaboradores y discípulos sus grandes éxitos científicos no modificaron su carácter, siempre amable y humilde.
Pero antes de que coloquemos el aura de santidad a este infatigable luchador por la ciencia hay que saber que este Dr. Jekkyl tuvo, como todo humano, su Mr. Hyde.
El análisis de documentos internos de la poderosa industria norteamericana del tabaco han permitido establecer que durante muchos años Selye recibió importantes sumas de dinero de dicha industria a cambio de “ciertas prestaciones”, hechos que arrojan una mancha de infamia sobre su memoria.
Las relaciones comenzaron en 1958 cuando Selye hizo llegar a la American Tobacco Company una solicitud de fondos para financiar sus investigaciones, una práctica muy común ayer y hoy. La investigación científica es muy cara y no siempre los fondos que asigna el estado son suficientes para sustentarla. La petición de Selye fue denegada, pero al año siguiente un abogado representante de la compañía le escribió pidiéndole un escrito argumentando que la relación estadística entre el hábito de fumar y el cáncer no era una prueba de causalidad. Selye aceptó escribir un memorando pero no a testificar en corte. Por el encargo recibió mil dólares.
A partir de ahí la relación se profundizó y los pagos aumentaron. La industria estaba muy interesada en obtener argumentos para contrarrestar la campaña de opinión pública desatada por autoridades sanitarias y organizaciones sociales contra el tabaco. Selye se los proporcionó: una relación estadística no es causal hasta que se conozca el mecanismo, el consumo de tabaco es menos dañino que el estrés, las campañas públicas contra el fumar generan miedo y, por tanto, más estrés, y más aún el consumo recreacional de tabaco, tiene un efecto relajante y anti-estrés que previene daños a la salud.

Selye era él mismo un fumador de pipa. Es muy probable que también estuviera convencido de los argumentos que ofreció a las compañías cigarreras, pero es bochornosamente cierto que a partir de ese primer contacto Selye recibió de ellas cantidades crecientes de fondos, que alcanzaron los cientos de miles de dólares, los cuales utilizó para mantener funcionando e investigando el Instituto Internacional del Estrés en Montreal y la Fundación Hans Selye. Ambos fundados por él tras su retiro en 1977. Como mencionamos antes, uno de sus discípulos: Roger Guillemin, obtuvo en 1977 el premio Nobel, tal vez financiado a partir de fondos procedentes de esta relación con la industria del humo.
¿Cuál es el legado de Hans Selye? ¿Sus notables aportes a la ciencia? ¿Su claudicación ante el vil metal de una industria poderosa? El concepto y los mecanismos del estrés son una contribución enorme a la comprensión de la fisiología y la fisiopatología. Eso trasciende y va más allá de esos “pequeños pecadores consuetudinarios” (es decir, nosotros mismos) que las descubren. Con respecto a la infamia, prefiero pensar que Selye fue más una víctima del sistema que un desalmado ambicioso. Un buscador de verdades, aun al precio de su alma. Si ya lo dijo Don Francisco:
Es tanta su majestad,
Aunque son sus duelos hartos,
Que aun con estar hecho cuartos
No pierde su calidad.
Pero pues da autoridad
Al gañán y al jornalero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.

Sin embargo, lo importante al considerar las lecciones de hechos semejantes es que la validez de una ley, una teoría o de un resultado de una investigación científica, es total y absolutamente independiente de las virtudes o perversiones de quienes lo descubrieron. Newton era un arribista, egoísta y tramposo, pero las manzanas siguen cayendo en los prados y no en las nubes; Galileo cedió temeroso ante las presiones eclesiásticas y sin embargo…
Selye sucumbió a las tentaciones del capitalismo taimado, pero el estrés sigue siendo parte de nuestra vida, de nuestra salud y de nuestra enfermedad.
Bibliografía
Selye H. (1936) A syndrome produced by diverse nocuous agents. Nature 138 (3479, July 4):32.
Kovács KJ. 2013. CRH: the link between hormonal-, metabolic- and behavioral responses
to stress. J ChemNeuroanat.  Vol 54:25-33. doi: 10.1016/j.jchemneu.2013.05.003.
Sapolsky RM.( 2015) Stress and the brain: individual variability and the inverted-U. Nature Neuroscience Vol 18: 1344-1346.
Hariri AR., HolmesA. (2015) Finding translation in stress research. Nature Neuroscience, vol.18: 1347-1352.
Aguilera G. (2011) HPA axis responsiveness to stress: Implications for healthyAging. ExpGerontol.,  vol. 46: 90–95. doi:10.1016/j.exger.2010.08.023.
Korosi A., BaramTZ.(2009) The pathways from mother’s love to baby’s future. Frontiers in Behavioral Neuroscience, doi: 10.3389/neuro.08.027.2009
Petticrew  MP., Lee K. (2011) The “Father of Stress” Meets “Big Tobacco”: Hans Selye and the Tobacco Industry. Am J Public Health., vol. 101: 411–418. doi:  10.2105/AJPH.2009.177634

viernes, 4 de marzo de 2016

Anorexia: prevención en la escuela


"A la hora de hablar sobre trastornos alimentarios es importante comenzar a replantearnos la idea de que estos se deben principalmente a una cultura que exalta la belleza y bombardea a las jovencitas con imágenes de mujeres delgadas y esbeltas. El asunto es mucho más complejo"
Renata Cabrales
La anorexia nerviosa es un trastorno alimentario que conduce a quienes lo padecen a perder más peso de lo que se considera saludable de acuerdo a su edad y estatura. Estas personas también pueden tener mucho miedo a aumentar de peso y además suelen hacer ejercicio en forma exagerada y utilizar diversos métodos para bajar de peso.
La causa más frecuente de la enfermedad, sobre todo en mujeres jóvenes y adolescentes es el tema de la belleza y el culto al cuerpo, pero según especialistas es necesario tener en cuenta otras circunstancias, pues su origen es una mezcla de factores biológicos que tienen que ver con los cambios físicos y aspectos psicológicos y sociales. Es así como se distinguen dos tipos de factores: desencadenantes y generales, como los culturales.
Entre las causas desencadenantes nos encontramos con: la obesidad de quien la padece, obesidad materna, muerte o enfermedad de un ser querido, separación de los padres, alejamiento del hogar, fracasos escolares, accidentes, sucesos traumáticos. Entre los factores culturales, encontramos los estándares de belleza inalcanzables impuestos por la sociedad y un descomunal culto al cuerpo que conduce al abuso de dietas restrictivas.
“Creo que a la hora de hablar sobre trastornos alimentarios es importante comenzar a replantearnos la idea de que estos se deben principalmente a una cultura que exalta la belleza y bombardea a las jovencitas con imágenes de mujeres delgadas y esbeltas. El asunto es mucho más complejo.
“La cultura juega un papel, pero no es la causa principal. De cada ocho niñas que tienen acceso al mismo ambiente cultural, a las mismas revistas, a los mismos amigos, sólo dos se enferman. Para que una enfermedad como esta se produzca debe haber primero una predisposición genética. Se han identificado genes que tienen que ver con alto perfeccionismo y rigidez mental en el caso de la anorexia, y genes asociados a la impulsividad en el caso de la bulimia. Cuando se combinan los riesgos genéticos, con rasgos de personalidad como los que acabo de mencionar y a ese cóctel se le suma una cultura que reduce la belleza a unos cánones muy estrechos, entonces se crean las condiciones para alterar la conducta alimentaria de una persona”, afirma Pilar Arroyave, psiquiatra de niños y adolescentes, docente universidad de Antioquia, en una entrevista en El Espectador.

Población afectada en Colombia

En el trabajo Prevalencia de trastornos del comportamiento alimentario en estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia entre julio de 1994 y diciembre de 1995, se llegó a importantes conclusiones.
Es necesario realizar estudios en poblaciones más amplias y en especial riesgo, para conocer la realidad nacional y diseñar políticas para su detección y tratamiento.
–Aunque en Colombia no existen estadísticas sobre la enfermedad, se han detectado algunos casos aislados en colegios de estratos altos en Bogotá. En el artículo “Obsesiones que matan”, de la revista Semana, Nora Elena Bartolini, psiquiatra especializada en el tratamiento de trastornos alimenticios, señala que: “La patología está floreciendo, hasta ahora hemos analizado unas 500 bachilleres y hemos descubierto casos de colegios en donde hay hasta 6 alumnas con anorexia y bulimia avanzada”.
Así mismo, varias pruebas pilotos hechas en colegios de Bogotá por la psiquiatra Nora Elena Bartolini, encontraron que el porcentaje de niñas con anorexia es igual al que existe a nivel mundial, del 1 al 4%.

Prevención en la escuela

En una conversación con VOZ, la psicóloga Ana Marcela Pérez, que hace parte de las iniciativas de la Secretaría de Educación, nos contó cuáles son las formas de prevención que se están realizando en las escuelas del país con el fin de evitar este trastorno alimentario en las y los estudiantes.
–¿Cuáles son las acciones de prevención en cuanto al tema de la anorexia que realiza la Secretaría de Educación?
–Desde el sector educativo lo que proponemos son más acciones preventivas frente al tema, no específicamente de la anorexia sino del cuidado y el autocuidado. Es el tema que más trabajamos, pues está relacionado con la educación para la sexualidad y desde ahí hemos trabajado muy fuertemente el componente del cuerpo, ya que a partir de este han surgido ese tipo de violencias hacia las mujeres.
Por otra parte, con lo que se ha venido trabajando es con el componente de alimentación escolar, en el que se trata todo el tema de los comedores escolares con unos mecanismos pedagógicos, visibilizando diferentes líneas; una es la soberanía alimentaria que no toca directamente el tema de la anorexia, otra línea es sobre la conciencia de los alimentos y del consumo responsable y la última línea es sobre el cuidado y autocuidado. aquí es donde hemos estado trabajando con una estrategia del proyecto de ciudadanía y convivencia de la Secretaría de Educación en relación con el proyecto de alimentación escolar, PAE.
–¿Crees que uno de los factores desencadenantes de la enfermedad tiene que ver con la violencia de género?
–La violencia de género tiene que ver con el asunto de la feminidad o la masculinidad. No se toca directamente el tema de la anorexia sino los elementos que pueden llegar a generar este trastorno. Por ejemplo cuestiones del cuerpo, cómo la publicidad vende esa mirada del cuerpo de la mujer, es decir, el estereotipo de género, entonces lo que más se hace es evidenciar las violencias y a través de esa visibilización se crean unas piezas comunicativas con los chicos y las chicas en las que ellos también hacen un ejercicio de transformación de esa realidad. Esto es un poco más preventivo que de intervención, digamos que nos damos cuenta de algo y se lo mostramos a nuestra comunidad educativa y esto, de alguna manera, tiene un impacto sobre las chicas adolescentes.
–¿Cómo se llevan a cabo estas estrategias de prevención con los y las estudiantes?
–En ese proceso lo que hacemos es trabajar con los y las estudiantes, de manera pedagógica, una conciencia frente a la alimentación como el ejercicio de la educación alimentaria. Entonces uno de los fuertes con los estudiantes es el análisis de piezas publicitarias desde las diferentes dimensiones, cómo les venden a los y las jóvenes la alimentación y a partir de eso se hace un ejercicio de crítica. También surge el tema de lo light que les llama la atención y lo que consuman no sea solo arroz y papa. También ha surgido de eso el hecho de que los chicos tienen cierta perspectiva del comedor escolar, donde les dan comida nutritiva y no les parece tan rico, tan llamativo.
–¿Consideras que los casos de anorexia se ven de igual manera en los diferentes estratos sociales?
–Lo de la anorexia está muy asociado a cuestiones de clase y estratos sociales porque no hay muchos casos de niñas del distrito con ese trastorno, pues, si bien los medios de comunicación llegan a todo el mundo, en los estratos altos están sobredimensionados en las relaciones de los chicos y las chicas, entonces hay más presión social entre ellos y eso genera más problemas de autoimagen, lo que la familia también refuerza.

domingo, 3 de enero de 2016

Una mirada a la Sexualidad en la Discapacidad



Una mirada a la Sexualidad en la Discapacidad











Unidad 1. El Cuerpo Humano: de pies a cabeza Sexualmente diseñado
           
Capítulo 1.         Sexualidad Humana

Elaboró: Ps. Enith Franco A.

Universidad Nacional Abierta y a Distancia
VISAE-Bienestar Institucional
Curso virtual de Sexualidad y Discapacidad
“Del amor ciego a la Emancipación del Placer”
Código: 80011

Es necesario considerar que en Colombia habita un número importante y cada vez más creciente de hombres y mujeres con discapacidad, miembros de una familia, que se ven enfrentados a una serie de barreras tanto culturales como de orden estructural, que en la mayoría de los casos, no les permiten alcanzar un nivel de vida digno, exponiéndolas y exponiéndolos a altos niveles de exclusión social en detrimento de su calidad de vida[1].
Si se observa detenidamente, actualmente la discapacidad ya no es entendida sólo desde una perspectiva médica, sino que es abordada, de manera amplia e integral, desde su contexto social para impulsar procesos de integración y participación de las personas con discapacidad en la sociedad.  Analizando, la discapacidad no es un atributo de la persona, es un conjunto de condiciones, complejo e interactivo, de las relaciones entre las personas y de éstas con el ambiente, creando y recreando muchas de estas condiciones.
Martha Nussbaum[2], afirma desde el enfoque de capacidades, que el sujeto primario de la justicia política es la persona, no el grupo…,  por tanto “Una sociedad decente organizara el espacio público, la adecuación publica y otras áreas relevantes de la política pública para prestar asistencia a las personas con discapacidad e incluirlas plenamente, así como para extender a los cuidadores todas las capacidades de la lista, y a las personas con discapacidad tantas y tan plenas como sea posible[3]. 
Si bien, estas políticas y programas estatales en Colombia, han dado cubrimiento y respuesta a diferentes necesidades, interviniendo en el mejoramiento de la calidad de vida de las personas con discapacidad, lamentablemente son pocos los programas dirigidos a lo relacionado con su sexualidad y su derecho a la reproducción.
En Colombia, los Derechos Humanos Sexuales y Reproductivos son el marco de la propuesta del Programa de Educación para la Sexualidad y Construcción de Ciudadanía y la guía de todas las acciones de los miembros de la comunidad educativa[4]. En ese sentido, cualquier proyecto pedagógico en educación para la sexualidad y construcción de ciudadanía, debe apuntar a la generación de un ambiente de ejercicio de los derechos humanos sexuales y reproductivos. Sin embargo, pese a que estas dimensiones y componentes de la sexualidad, tienen en cuenta la aparición por ejemplo del VIH - SIDA y en general diferentes tipos de enfermedades de transmisión sexual, al realizar modificaciones importantes en lo que hace referencia a los derechos sexuales de las personas, el desconocimiento de los profesionales de la salud, la comunidad educativa y la sociedad como un todo, frente a los derechos sexuales y reproductivos específicamente de la población con discapacidad, hace que se acreciente la segregación que esta misma experimenta frente al tema.

La política de salud sexual y reproductiva se generó en Colombia a partir del año 2003, desde el Ministerio de Protección Social, con un planteamiento básico: que los Derechos Sexuales y Reproductivos –DSR- son parte de los derechos humanos y, por tanto, deben trabajarse desde este enfoque, al igual que desde la perspectiva que reconoce que la salud es un servicio público. Se trata de mejorar la Salud Sexual y Reproductiva SSR y promover el ejercicio de los DSR de toda la población, con énfasis en la reducción de los factores de vulnerabilidad y segregación, y los comportamientos de riesgo, el estímulo de los factores protectores y la atención a grupos con necesidades específicas.
Los derechos sexuales y reproductivos de TODOS los seres humanos, se encuentran protegidos por la legislación internacional referente a derechos humanos y por otros documentos de las Naciones Unidas[5]; en especial, la misma ONU ha ratificado dichos derechos para la población con discapacidad en el texto de la “Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad”, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 13 de diciembre de 2006, y aprobada por el Congreso de la República de Colombia mediante la ley 1346 de 2009. La Convención contempla en sus Artículos 23 y 25 de manera explícita y 24 de manera implícita, que las Personas con Discapacidad tienen derecho a gozar del más alto nivel posible de educación y salud en su sexualidad sin discriminación por motivo de discapacidad; y señala que los Estados parte: proporcionarán a las personas con discapacidad programas y atención gratuitos o a precios asequibles de la misma variedad y calidad que a las demás personas, incluso en el ámbito de la salud sexual y reproductiva. Se observa entonces que la finalidad de estas normas, es garantizar que las personas con discapacidad, en su calidad de miembros de sus respectivas sociedades, puedan tener los mismos derechos y obligaciones que las demás personas.
Paralelamente al reconocimiento de los derechos sexuales como derechos humanos, ha ocurrido el reconocimiento cada vez mayor de que el logro y mantenimiento de la salud sexual para las personas, las parejas y las familias es un requisito necesario para el desarrollo socioeconómico sostenido de comunidades y naciones. Según Girard (2009)[6], a nivel internacional, los años que empezaron con la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, (CIPD) de 1994, se han caracterizado por un progreso significativo en el reconocimiento por los gobiernos de que la salud sexual es una dimensión esencial de la salud general y, en consecuencia, del Desarrollo Humano.
A partir de allí, en los últimos años, los organismos nacionales e internacionales responsables de formular políticas a favor de las personas con discapacidad, han demostrado un gran interés por la inclusión del tema de sexualidad en documentos normativos. Por ello es creciente el número de leyes, normas, convenciones y documentos que incluyen preceptos o versan sobre esta temática. Sin embargo, las personas con discapacidad y las organizaciones que los atienden, no han realizado acciones conjuntas para el diseño o reformas de los mismos[7]. En consecuencia, no se han considerado las múltiples necesidades especiales o características de cada tipo de discapacidad y como resultado, el impacto en las intervenciones sobre sexualidad en estas construcciones se ve disminuido.
Preguntarse si dar atención integral a la sexualidad de las personas con discapacidad es una opción o una obligación, conduce a una sola respuesta: “estamos obligados a hacerlo”, considerando no solo la legislación vigente en el país y los tratados internacionales que la nación ha suscrito, si no, a consecuencia de los mitos y las concepciones erróneas que acerca de la discapacidad y la sexualidad se tienen.

Percibir que las personas con discapacidad no tienen sexualidad, o tienen exagerados impulsos sexuales; o gozan de una sexualidad incontrolada y más aún, creer que las mujeres con discapacidad no pueden ser madres y en caso contrario, tienen hijos con discapacidad[8], es más, ignorar que son particularmente vulnerables al maltrato, la violencia y el abuso sexual, es evidenciar un claro desconocimiento de su derecho y de que las personas con discapacidad no deben ser privadas de la oportunidad de experimentar su sexualidad, de tener relaciones sexuales o tener hijos, o de saber reconocer cuándo han sido víctimas y denunciarlo.                                                                                          

Gran parte de la sociedad, supone que las personas con discapacidad “…no son aptas para tomar decisiones sobre su sexualidad y su actividad sexual y por lo tanto, se les ha negado los derechos a la autodeterminación sexual…” [9]. Esto se observa más claramente con respecto a las personas con discapacidad psicosocial o que presentan déficit intelectual.

En muchos aspectos, los avances que diversas culturas han logrado en la búsqueda de la igualdad de género, han formado parte de un proceso más amplio de extender los derechos humanos fundamentales y básicos a las comunidades oprimidas y marginadas que han sufrido discriminación por razones de raza, grupo étnico, religión, clase, sexo, orientación sexual y edad; en el caso de las personas con discapacidad muchas de estas razones pueden conjugarse haciendo de la segregación un hecho más evidente, más frecuente e incluso violento[10].

Todo esto lleva a reflexionar que: si la cultura es inherente a las personas, puesto que es el conjunto de formas, modelos y patrones, explícitos o implícitos a través de los cuales una sociedad regula diversos comportamientos de los sujetos, y además actúa como canal conductor a todas aquellas expresiones del ser humano como el folclor, la gastronomía, las formas de vestir, el dialecto, entre muchos otros aspectos; la sexualidad también es una manera de expresión, por lo que requiere de una adecuada educación durante TODO el ciclo vital y más aún cuando la sociedad se encuentra saturada de falsos imaginarios, tabús, ideas erróneas que de una u otra forma impiden la realización plena de hombres y de mujeres en lo que respecta a su vida sexual.

Si bien existe una gran falta de datos para indicar el número de personas con discapacidad que en la ciudad tienen preguntas o preocupaciones acerca de su funcionamiento sexual, el común denominador es que tanto la población con discapacidad, como las familias, los educadores, las instituciones y sociedad en general, perciben que carecen de información exacta e integral sobre una gama amplia de cuestiones relacionadas con la sexualidad y la discapacidad.   
Esto lleva a considerar que existe entonces, una necesidad inmediata de promover medidas encaminadas a la transformación de aquellas nociones que ante el relacionamiento, el matrimonio, la sexualidad y la paternidad o maternidad de las personas con discapacidad, siguen prevaleciendo en la sociedad. Se debe exhortar a los responsables de transmitir la información, a que desempeñen un papel importante en la eliminación de los imaginarios y creencias erróneas acerca del tema.
De esta manera, la aceptación gradual por parte de la sociedad de los derechos que tienen no solo las personas con discapacidad sino todas y todos, a recibir educación sobre sexualidad y discapacidad, ha de conducir a la puesta en práctica de acciones positivas para esta población desde las diferentes disciplinas. Queda claro que un silencio casi total acerca del derecho al deseo y al placer dentro de las relaciones, distorsionan la realidad de la sexualidad en la discapacidad y pueden generar programas que no son pertinentes para sus necesidades; puesto que la atención a la discapacidad y su manejo, requiere de la actuación de la sociedad, con responsabilidad colectiva, para transformar los imaginarios y propiciar las modificaciones ambientales necesarias que permitan garantizar la participación plena de TODAS las personas con discapacidad en todas las áreas de la vida[11].

Lo que corresponde entonces es abrir oportunidades para propiciar una nueva conciencia y una nueva cultura, vislumbradas a la luz de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad y las políticas públicas, a fin de favorecer los cambios culturales que están en el ejercicio de formar una ciudad solidaria, incluyente y equitativa.
Por tanto, en un acción de corresponsabilidad, y atendiendo al Artículo 22° de la Política Pública de Discapacidad para Bogotá[12], en el numeral a), es preciso “Impulsar estrategias formativas, investigativas y de gestión encaminadas a transformar las concepciones, imágenes y creencias tanto de la ciudadanía en general como de las  PCD sobre la discapacidad”; se hace necesario abordar de manera amplia, respetuosa y oportuna la educación sexual en todos los niveles, lo que significa, entre otros, que las personas con discapacidad, sus familias, los educadores, las instituciones y en general la sociedad, precisan reconocerse, compartir sus mundos, sus temores, sus avances; precisan de un espacio donde se encuentren referentes y actores para seguir construyendo conjuntamente, reconocerse y aceptar la diversidad!.



[1] Franco, Enith. (2012)  Artículo: La cuidadora o cuidador de persona con discapacidad – de invisible a invencible!.–
[2] Nussbaum, M. C. (2006). Las fronteras de la justicia: consideraciones sobre la exclusión. Paidós.
[3] Idem
[4] ONUSIDA, Aspectos políticos y jurídicos. Recuperado de http://www.onusida.org.co/der_sex_rep.htm
[5] Entre los principales instrumentos legales internacionales que los apoyan están: Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948); Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1976); Pacto de Derechos Económicos y Sociales (1976); Convención Internacional para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (1981); Convención sobre los Derechos del Niño (1990), Declaración y Programa de Acción de la Conferencia Internacional de Derechos Humanos, Viena (1993), Programa de Acción de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo, El Cairo (1994), Programa de Acción de la Conferencia Mundial de la Mujer, Beijing (1995).
[6] Citado en OPS, 2009
[7] Torices Rodarte, I. (2006). La sexualidad y Discapacidad Física. México: Trillas.
[8] de García, P. S. (2006). Aproximación a la realidad de las personas con discapacidad en Latinoamérica. CERMI.
[9] DiGiulio, 2003; Tilley, 2000; Zola, 1988, citados en OPS, 2009
[10] Torices Rodarte, I. (2013). La sexualidad humana. – México..
[11] Jiménez Buñuales, M., González Diego, P., & Martín Moreno, J. M. (2002). La clasificación internacional del funcionamiento de la discapacidad y de la salud (CIF) 2001. Revista Española de Salud Pública, 76(4).
[12] de Bogotá, A. M. (2007). Decreto 470 de 2007. Política Pública de Discapacidad para el Distrito Capital. Bogotá.

jueves, 26 de noviembre de 2015

DERECHO A LA EDUCACION SEXUAL PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD



Propuesta de socialización para la difusión de los derechos sexuales y reproductivos de las personas con discapacidad
Esta propuesta debe estar dirigida en general a la sociedad en su conjunto, para ello se requiere la participación del estado, medios de comunicación, organizaciones sociales, profesionales de la salud (médicos, psicólogos, fisioterapeutas, trabajadores de salud ocupacional)  y debe hacerse  de forma directa hacia la población, para poder cambiar la forma de pensar de estos y con ello  se cambie  el trato hacia las  personas  con  discapacidad y se entienda que también tienen derecho a ejercer de manera  responsable su sexualidad.
Recursos Educativos para personas  con discapacidad

-       incluir en  el Pensum académico  una materia complementaria a la  educación sexual- que  aborde el tema de  la educación sexual en las personas con discapacidad  y del cual se hagan participes a los  demás niños o jóvenes, para  poder así cambiar la mentalidad de la sociedad en su con junto.
-       Hacer acompañamiento y seguimiento a los niños y niñas, adolescentes, que se encuentren  con discapacidad para que puedan desarrollar su  vida de  la mejor forma posible, sabiendo afrontar los retos que se les presenten, dilucidando  cualquier  duda, inquietud, o complejo que pudiera presentarse en ellos en el momento de abordar su  vida sexual.
-       Fortalecer en los jóvenes o niños que presentan problemas de aprendizaje, el conocimiento de su cuerpo, a través de dinámicas  propias de sus capacidades, con la elaboración de cartillas, laminas o cualquier otro recurso académico al alcance y comprensión de estos niños, haciendo participe en las medidas de las posibilidades a otros jóvenes o niños que no presentan discapacidad pero que interactúan con estos niños.


Recursos Educativos  para Familias  y/o parejas
Programas diseñados para:
-       Padres de familia de niños o adolescente con discapacidad
-       Padres de niños que  por un accidente quedaron en una condición de discapacidad.
Se debe influir en los siguientes aspectos:
Que los padres sepan cómo atender a un niño con discapacidad, ayudándolo en su desarrollo emocional  y físico
Que los padres sepan cómo abordar la formación y educación sexual de sus hijos con discapacidad
Que los Padre no se conviertan en sobreprotectores, sino que impulsen en  hijos  la formación de  personas  Independientes, para que sepan desenvolverse en  sus vidas.
Que los padres promuevan en sus hijos la formación académica, independiente de su discapacidad ya sea esta cognitiva o física.
Recursos: talleres, charlas, foros, sobre  los temas referentes a la  educación sexual en niños y adolescentes en discapacidad.
Asistencia psicológica permanente o en caso que lo requiera la familia o los niños o adolescentes.



Recursos Educativos  para profesionales e involucrados en su atención integral
-       Se requiere de la capacitación permanente de   los profesionales de la salud, médicos, psicólogos, fisioterapeutas, trabajadores de salud ocupacional, para que aborden de manera permanente esta  situación cuando así se le requiera en  el acompañamiento de padres  e hijos en con discapacidad.
-       -grupos interdisciplinarios que permanentemente actúen en función de  la educación y formación de la sociedad en su conjunto para eliminar las barreras culturales que impiden el normal desarrollo de las personas  con discapacidad, especialmente  en el tema referido al ejercicio del goce y disfrute de la actividad sexual de cada persona  tal y como esta lo considere  pertinente.

Recomendaciones Finales


Todas las personas que hemos adquirido un conocimiento sobre   la  sexualidad en personas con discapacidad, debemos replicar en los demás, esta información, haciéndoles entender que   tiene el mismo derecho que cualquier otra persona, convirtiéndonos voceros y defensores de los derechos de ellos,   igualmente como sociedad debemos presionar al estado para que  la ley no sea letra muerta y se garanticen los derechos de estas personas y el normal desenvolvimiento de su vida.



Enlace propuesta audiovisual: https://youtu.be/pTb7ftNhA9c

SEXUALIDAD Y DISCAPACIDAD
Fase final: Derecho a la Educación Sexual para Personas con Discapacidad
Actividad Individual
                                                                 Javier López Botero
Código
16719534
SEXUALIDAD Y DISCAPACIDAD
Grupo 80011_22
Director del Curso: ENITH CECILIA FRANCO

Universidad Nacional Abierta y a Distancia
 UNAD
ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES ARTES Y HUMANIDADES
CEAD Palmira,
Cali, Noviembre de 2015

Bibliografía

FRANCO, Edith (2015) sexo, género  y sexualidad. Universidad nacional a distancia-Unad-2015.
Educación sexual y discapacidad (2015) talleres de educación sexual  con personas  con discapacidad, material didáctico,  en pdf

DERECHO A LA EDUCACION SEXUAL PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD

 DERECHO A LA EDUCACION SEXUAL PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD
 

martes, 10 de noviembre de 2015

Síndrome ansioso y su impacto en la productividad



Según estudios de la organización mundial de la salud, la ansiedad se encuentra entre los trastornos psiquiátricos de mayor prevalencia en el mundo; presentando gran relevancia clínica por la incapacidad que genera y la disminución de la productividad.
Teniendo en cuenta datos epidemiológicos del ministerio de Salud en Colombia, 8 de cada 20 colombianos presentaron trastornos psiquiátricos alguna vez en su vida, y 3 de cada 20 colombianos los han presentado en los últimos 12 meses; siendo más frecuentes los trastornos de ansiedad, aquellos del estado del ánimo y los de uso de sustancias, situación que justifica la implementación de diversas maneras de intervención para dar manejo integral a los pacientes afectados por dichos trastornos.
La ansiedad hace parte de las respuestas adaptativas del ser humano y sirve para afrontar situaciones de peligro o riesgo; sin embargo, cuando es demasiado intensa, se convierte en una fuente de miedo, frustración y sufrimiento, que es prioritario tratar.
Para que pueda establecerse el diagnóstico de ansiedad, el paciente debe presentar síntomas casi todos los días, y deteriorar su desempeño en el ambiente familiar, laboral y social; síntomas tales como:
1. Aprehensión: Es la preocupación, miedo, zozobra y sufrimiento ante situaciones del diario vivir.
2. Somatización: Es la manifestación orgánica del trastorno emocional, se presenta con tensión muscular, dolor de cabeza e incapacidad para relajarse.
3. Trastornos del sueño: El paciente no se logra quedar dormido por múltiples preocupaciones, generando un problema de insomnio.
4. Hiperactividad vegetativa: Son los mareos, sudoración, taquicardia, respiración acelerada, molestias digestivas y resequedad de mucosas, todos desencadenados por la inadecuada adaptación emocional.
Mi recomendación como medica es que todo paciente con diagnóstico de síndrome ansioso debe tener manejo interdisciplinario, psiquiatría para valorar necesidad de medicamentos ansiolíticos, neuropsicología para brindar herramientas de adaptación emocional al paciente; y esquemas de suplementación especializadacon el kit Neutraneuraquin, que promueve el equilibrio emocional del paciente y activa la síntesis de neurotransmisores tipo serotonina, responsables de dar bienestar, placer y restauración de los ciclos del sueño. El esquema de tratamiento es implementar el Ansiohome essence en la mañana, el Rescate en la tarde y el Somniaquin antes de acostarse para generar un equilibrio emocional durante el trascurso del día.
La ansiedad
La ansiedad es una es una anticipación involuntaria de un daño presente o futuro, se acompaña de un sentimiento desagradable o de síntomas somáticos de tensión. Se trata de una señal de alerta sobre un peligro inminente y permite a la persona adoptar las medidas necesarias para enfrentarse a una amenaza